jueves, noviembre 21, 2024
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Asalto a la SEP

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Adrián Ruíz
Arriba las manos. El círculo vicioso que envuelve a la Secretaría de Educación Pública, activó su mecanismo de reversa. Los servidores públicos que la tienen secuestrada hace décadas, se turnan los periodos de mando.
La rueda de la fortuna sigue su trayectoria para que se suban, una y otra vez los favorecidos por el sistema. Sin importar el grado de corrupción en el que incurren, regresan -y no precisamente lo que se llevaron- para continuar con la depredación incompleta-.
A cuántos familiares, amigos, compadres y hasta socia(o)s favorecieron con plazas de la más alta categoría “C”. Gracias al manejo “chueco” como mandos al interior de la SEP.
Sin tapar los boquetes que dejaron Melitón Lozano -exsecreterario- y América Rosas -exsecretaria de educación superior. Con la autorización del muerto, a cambio de “maletas” repletas de cash.
La SEP se dispone a seguir con las arcas abiertas para los nuevos mandos. La incorporación de José Antonio Badillo Torre como subsecretario de Educación Superior, es una prueba irrefutable de que se repite lo de la misma gata, sólo que revolcada.
Se acaba de concretar el retornó a la SEP del célebre “Don Cuco” o el “Yoyo” como es identificado entre el gremio magisterial. También se contempla el regreso de otro personaje cómico musical: “El Cantante” marinista Darío Carmona.
El par de nefastos al golpe se encargaron en el sexenio bartlista y marinista respectivamente de repartir plazas a diestra y siniestra. Concretaron negocios a costa de la educación -pobre- en el estado gracias a sus intereses.
Cómo en sus periodos no existía la supuesta evaluación -dieron lugares a personas con apenas concluida la secundaria- para tener derecho a una plaza de maestro. Por ello tienen gran parte de responsabilidad del bajo nivel de enseñanza.
En la administración de Manuel Bartlett Díaz, puso al frente de la SEP a “Don Cuco” -así le pusieron porque en cada reunión con el entonces gobernador o con algún secretario de estado, tocaba el piano para amenizar las fiestas. Y en ese tiempo la BUAP, inventó un robot que interpretaba música en un órgano y lo llamaron Cuco el guapo.
Aunque Badillo Torre, era el secretario de Educación, quién meneaba los hilos era: Luis Benavides. Por cierto sumado y encargado de los proyectos de Educación de un aspirante morenista a la gubernatura poblana.
José Antonio Badillo Torre, fue opaco, narcisista -motivo del segundo apelativo-. Sus reuniones con los directivos, fueron para que lo vieran tocar el piano. La Educación, pasó de noche. Los problemas administrativos y docentes se agravaron a su máxima expresión.
Nada sucedió porque Manuel Bartlett, tenía al estado y al magisterio en un puño. Sometido el gremio y el sindicato el “Yoyo”, se dedicó de tiempo completo a su diversión y explotación de los bisnes.
Los maestros le dicen «Yoyo», porque siempre primero es él, luego él y hasta lo último él. Sumado a su afición al espejito de la bruja de Blanca Nieves.
Nada hizo por los maestros y menos por la educación. Si benefició a sus amigos y paleros, cómo a Gustavo Santin Nieto, rector del Instituto Universitario de Puebla -IUP- ubicado en la 16 de Septiembre y 19 poniente -por cierto despojado por su esposa-.
Badillo Torre y Santín Nieto, se repartieron gran parte del pastel en la SEP. El segundo tuvo tanto poder que controlaba a reporteros -aún maicea algunos dizque de izquierda- y los surte de información. Con el regreso de Don Cuco, volverá por sus fueros. Y más porque se dice representante de los Rectores particulares.
Pero hay otro personaje de oscuro pasado, Darío Carmona, quien pretende regresar a la SEP, para seguir atracando
. Intenta subirse a la austeridad de la 4T. Para sumar más propiedades como su rancho en el municipio de San Miguel Xoxtla.
El mérito de Dario Carmona, fue la amistad con Javier López Zavala -convicto en Quintana Roo-. En las tradicionales francachelas de López Zavala, solía amenizarlas con su guitarra y en ocasiones con su rondalla.
Todavía gozó de privilegios con el muerto. Intentó ser diputado local. Y ahora parece inminente su retorno a la SEP.
¡La misma gata!
Reporte del Informante
Grito ríspido. La aparente armonía que hay entre el gobernador Sergio Salomón y el alcalde Eduardo Rivera, para el festejo del grito de Independencia, empezó a congelarse en el mismo arranque del mes patrio. El presidente panista lanzó las primeras piedras de la discordia.
La relación empezó a enfriarse. Eduardo Rivera, pensó que Sergio Salomón era similar al muerto y podía anclarse en su gobierno para buscar la gubernatura poblana. Se equivocó. Si pretende cavar su tumba política lo deberá hacer con sus escasos cuadros.
El desaire del gobernador al no asistir a la ceremonia de izamiento de la bandera en el zócalo de la ciudad -Javier Aquino, secretario de Gobernación, fue en su representación-. Fue motivo suficiente para que el edil lanzará la pedrada contra el gobernador.
La acusación sobre que a él no se le pierden 600 millones de pesos, recibió inmediata y contundente respuesta.
¡Grave equivocación!
ruizdur@hotmail.com

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