Adrián Ruíz
Petición denegada. Cómo en anteriores ocasiones, Gerónimo Barbosa volvió a ser el invitado “pestilente” de la reunión en Palacio Nacional con el presidente López Obrador y el secretario de gobernación Adán Augusto López. El gobernador poblano no entiende que lo convocan por compromiso, nada más. Por si fuera poco volvió a pedir recursos extras para Puebla. La enésima negativa y el reclamo por el pésimo gobierno, sacaron de sus casillas al mandatario estatal.
En la reunión de la semana pasada -jueves- de 16 gobernadores emanados de Morena -incluidos los recién electos Salomón Jara de Oaxaca y Mara Lezama Espinosa de Quintana Roo-. El mandatario poblano fue relegado incluso de las fotografías oficiales. Además de que por no moverse -esta impedido por su discapacidad- no salió.
La soberbia con la que se maneja en Puebla, se transforma en total sumisión ante el poder de la capital. El presidente Andrés Manuel y el presidenciable tabasqueño nada quieren saber de Gerónimo Barbosa. No existe para ellos.
El esfuerzo a través de interlocutores para buscar acercamiento ha sido inútil. Y menos con las intenciones que pretende Gerónimo. La etiquetación de recursos adicionales al presupuesto.
El presidente AMLO y el secretario de gobernación, conocen como se maneja el mandatario poblano. Ninguna cantidad de dinero es suficiente para el barril sin fondo representado por el gobierno poblano. Y en manos de Gerónimo menos. Está en la recta final de su administración y nada ha hecho en favor de poblanas y poblanos.
Saben que la mayor parte de los recursos van a parar a sus alforjas y las de su pandilla. La voracidad para el dinero se convirtió en una enfermedad. Gerónimo, nunca fue, ni es, ni será afín a la Cuarta Transformación.
Por el contrario es un gobernador que critica a los gobernantes pasados y es de la misma estirpe. En la capital mexicana lo tienen bien identificado. Por ello seguirá en la “congeladora” hasta final del sexenio.
Y aguas porque como van las cosas podría pasar de perseguidor a perseguido. Sería un castigo ejemplar en las filas de Morena, para alguien que desvió los caminos de no mentirás y no robarás.
El regaño en México y la negación de otorgarle recursos extras, dizque para obras urgentes y apoyos a la ciudadanía, pusieron al gobernador pueblerino en su realidad de orfandad. Los apoyos al interior del estado los hará directamente el gobierno federal. Bajo ninguna circunstancia le permitirán meter la mano.
Gerónimo, regresó a Puebla derrotado pero sobre todo humillado. Las horas siguientes del viernes buscó con quién desquitarse. Y sin moverse hundido en la silla donde dicta a sus jilgueros la orden del día de las noticias locales, encontró a esos mismo emisarios y su directora de comunicación, Verónica Vélez.
Sin pena los exhibió públicamente para desquitar la frustración de no poder hacer nada ante el poder supremo del país. Sin dignidad los serviles voceros, tuvieron que rendirse y aceptar: si señor, si señor, cómo diga señor, lo que usted ordene señor.
Las dos partes mostraron de que están hechos. Los primeros para dejarse pisotear -peyorativamente porque Gerónimo no puede hacerlo-. El segundo la soberbia personificada en un individuo acomplejado.
¡La educación se mama!
Reporte del Informante
¡Que descubrimiento! Ahora resulta que la Fiscalía General del Estado y el gobierno estatal se pusieron el traje de héroes con el cateo al mercado de “La Cuchilla”. En apantallante difusión del decomiso, intentan impresionar a la ciudadanía. Las armas -4 sub ametralladoras, dos pistolas, granadas y cartuchos útiles-, droga -marihuana, cocaína y LSD-, autos robados -dos- encontrados no son ni el 10% de lo que en realidad existe en el lugar.
El índice delictivo que se maneja en la Cuchilla, es una de las mil caras de la peligrosidad en la que viven poblanas y poblanos. La cortina de humo que desplegaron la FGE y el gobierno estatal, es digna de un programa cómico chafa.
Fue una simulación de operativo. La supuesta limpia fue superficial. No intervinieron la construcción subterránea dónde la mercancía ilegal y los negocios con droga se realizan. La FGE y todos los habitantes de la zona lo saben. Las ganancias alcanzan para comprar la impunidad.
La limpia que gritó Gerónimo Barbosa va a hacer en todos los mercados con o sin el apoyo del municipio -tarea de Eduardo Rivera-, es otra llamarada de petate. Se trata del protagonismo al que es aficionado. Tiene casi tres años en el poder y apenas detectó que la delincuencia organizada “administra” los centros de abasto.
La ceguera que padece debe ser grave en extremo, porque a unos pasos de Casa Aguayo -enfrente para ser exactos-. Se encuentra uno de los mercados más peligrosos de la capital poblana, el del Alto mejor conocido como “Garibaldi”, dónde hay de todo y para todos.
¡Engañosas maniobras!
ruizdur@hotmail.com
Cierran la llave a Gerónimo
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