domingo, octubre 6, 2024
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Cínica reaparición

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Adrián Ruíz
Caso enterrado. Al parecer el fondo de la fosa que sepultó el cuerpo de Gerónimo Barbosa
. También enterró los delitos de abuso de poder y peculado del ex presidente del Poder Judicial, Héctor Sánchez Sánchez y sus colaboradores cercanos. Han transcurrido casi dos años sin que les finquen responsabilidades. Aún cuando las auditorías arrojaron un faltante de casi mil millones de pesos.
Sánchez Sánchez y su pandilla -secretario particular, director administrativo, amigos, etcétera-, vaciaron las arcas del Tribunal Superior de Justicia. Hicieron negocios con la impartición de justicia. La pusieron a disposición del mejor postor.
El Poder Judicial fue saqueado por Héctor y sus huestes durante cinco años de febrero de 2017 a octubre de 2022 -segundo periodo por su reelección-. Estuvo a punto de completar su mandato. Menos de tres meses lo separaron de la gloria política y económica.
Las ínfulas de grandeza fueron su perdición. Desde mediados de 2021 hasta mediados de 2022, le hicieron creer que sería el sucesor de Gerónimo. El humo invadió su cabeza y nubló sus ojos a tal grado que aseguró a su pandilla: “sí en estos momentos muriera el gobernador. Al día siguiente su servidor tomaría posesión en el cargo”.
Eran los tiempos en los que el ex presidente del TSJ, derrochaba dinero a manos llenas para acaparar los reflectores de sus aduladores y porristas. Un par de vividores -entre ellos -Echeguren- sacaron provecho. Las francachelas con toda clase de bebidas y “polvos mágicos” se suscitaban un día sí y otro también.
El invidente Gerónimo, comía de su mano. Apadrinó su boda con la actual diputada local por Amozoc, Mónica Silva. La felíz pareja gozaba del poder y la fortuna.
Los privilegios alcanzaron para sus serviles y cómplices colaboradores
. Se despacharon con la cuchara grande. De pronto su doble juego fue descubierto por las “orejas” de Gerónimo. Las versiones en su contra corregidas y aumentadas las creyó el muerto y desconoció a los ahijados.
La persecución llegó de inmediato. A Héctor no le dio tiempo ni de montar en su caballo -no pudo comprobar el millonario botín obtenido como administrador de la justicia en Puebla-. Lo obligó a renunciar a la presidencia y a la magistratura.
Así como estuvo tan cerca de acariciar la gloria. También estuvo a nada de ser otro huésped más del penal de San Miguel. La muerte de Gerónimo le vino como anillo al dedo. De estar en condición de forajido -lo mismo que sus achichincles-, se reintegraron a la sociedad. Pero a la alta a la que dicen pertenecer.
Héctor Sánchez, regresó al lujoso departamento de Angelopólis -a un costado del CRIT-. Para dejar de andar a salto de mata, opera su mujer con la envestidura de la diputación.
Sus cómplices -colaboradores- como si ninguna fechoría hubieran cometido, desayunan y comen en los restaurantes de la ciudad. La gran pandilla del TSJ, sin el menor empacho disfruta de los recursos mal habidos.
La detección de graves irregularidades en el Poder Judicial tan sólo en el ejercicio fiscal de 2021. Cuenta con elementos de sobra para mandarlos derecho y sin escalas a la cárcel.
Tan sólo su cuenta pública arrojó un daño patrimonial por 939 millones de pesos. A dónde fue a parar la investigación incriminatoria. Al mismo olvido del negativo gobierno de Gerónimo, acaso. Transcurre el tiempo y con un cinismo que sólo gente como ellos pueden presumir se pasean como una burla a la justicia.
Porqué motivo las autoridades mandaron -por lo menos eso se percibe- al archivo el caso de corrupción de Héctor Sánchez y su grupo de saqueadores.
¡Justicia súper ciega!
Reporte del Informante

La Feria de Puebla ha servido como escenario de visitas singulares a la diversión. El pasado lunes al filo de las 14 horas, acudió a comprar su boletos de acceso a la puerta frente al Relicario, la viuda Rosario Orozco Caballero, acompañada de dos damas.
Lo singular no es que la viuda haya decidido dejar a un lado el luto para divertirse como cualquier poblana. Tiene derecho después de casi cinco meses de la muerte de Gerónimo Barbosa.
Lo reprobable es que a la Feria y a todos lados a los que acude lo haga custodiada por “guardaespaldas” pagados con el erario público. Doña socorro como le llaman sus íntimos, sigue gozando de los beneficios del poder, sin tener derecho a ellos a partir del 13 de diciembre cuando dejó de ser parte del gobierno estatal.
¿Porqué poblanas y poblanos debemos pagar la seguridad de una persona común y corriente?. Si quiere ser custodiada por “guaruras” que los pague de los millones que le dejó Gerónimo producto de las incontables corruptelas que hizo como político y coronadas en la gubernatura.
Acaso el “dulce” que obtiene todavía no le alcanza para pagar su propia seguridad. Porque seguir “sangrando” a Puebla. ¿Cómo puede invertir en una campaña que no conduce a nada?. Pero no gasta en lo indispensable.
¡Todo por un sueño guajiro!
ruizdur@hotmail.com

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