viernes, julio 5, 2024
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Contrastes educativos

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Adrián Ruíz
Luz y sombra. El júbilo de Arturo Reyes Sandoval, director general del Instituto Politécnico Nacional -IPN-, por la construcción del CECYT20 y la UPII de la institución a su cargo. Contrastó con la nostalgia de recordar el despojo a su familia de la Universidad de Puebla, a tan sólo unos pasos de la edificación del Poli en Puebla.
La historia se remonta al tiempo en el que su tío Gabriel Reyes Cardoso, era subsecretario de Educación. Antes fue secretario particular del gobernador Guillermo Jiménez Morales. Aprovechó su estancia en la SEP, para hacerse de algunos Reconocimientos de Validez Oficial de Estudios -RVOE-.
El evidente impedimento para que los RVOES, salieran a su nombre, lo obligó a sacarlos al de su hermana y hermano -ambos ya fallecidos-. Por ese motivo la Universidad de Puebla, que se ubicaba en la 11 sur y avenida Cuauhtémoc -123 poniente-, era propiedad de su fraterna.
La situación la aprovechó el licenciado Elfego “M”, quien se casó con la hermana fallecida de Gabriel Reyes. El abogado hábilmente la convenció para que pusiera la Universidad a su nombre. Ante el fallecimiento de la dama, el legitimo propietario pasó a ser el abogado.
La Universidad de Puebla, era un éxito hasta hace 20 años, la matrícula superaba el millar de estudiantes. Al pasar a poder de Elfego, se vino abajo.
En la actualidad se encuentra abandonada. El abogado empezó por vender parte del extenso terreno de más de 2 mil 500 metros. La cadena de tiendas Coppel, adquirió la esquina de la 11 sur y avenida Cuauhtémoc.
Junto a la puerta principal de acceso, se instaló un negocio de venta de barbacoa. El abogado además rentaba parte de la banqueta para un puesto de memelas. La Universidad cerró sus puertas definitivas.
Gabriel Reyes Cardoso, nada pudo hacer para recuperar su Universidad. Aunque lo intentó por la vía legal. La documentación le dio la razón a Elfego.
El director general del IPN, puso en marcha los trabajos de construcción del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos -CECYT20- y de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, en el predio de la 119 poniente y 11 sur, a escasos metros de la extinta Universidad de Puebla.
¡Universidad abandonada!
Reporte del Informante
Quietos todos. La hora de callar para la clase política está por llegar. A partir del primer minuto del uno de marzo. Ningún funcionario público ni autoridades, podrán hacer proselitismo. El proceso electoral entrará en su fase decisiva y cualquier intervención, será un delito electoral.
En apariencia es una manera de maniatar a quienes ocupan un cargo público. Para que no intervengan en el proceso. Sin Embargo sus mañas se dan para apoyar a sus candidatos preferidos.
La llamada veda electoral, sólo es un freno de mano. Insuficiente para detener las maquinarias de apoyo económico, infraestructura y recursos humanos. Basta conque lo hagan en días u horarios fuera de labores.
Los candidatos a la gubernatura, presidencia municipal, senadurías, diputaciones federales y locales y presidencias municipales de todos los partidos políticos participantes, contarán con apoyos oficiales. Negarlo es atentar contra la inteligencia del electorado. Probarlo es complicado porque se hace en complicidad con varios actores.
Las campañas de los aspirantes, empezarán en aparente igualdad de circunstancias. En la práctica la ventaja la tienen los representantes del partido en el poder. Esa ventaja se incrementa con los recursos que recibirán para recorrer a lo largo y ancho el estado.
El escenario está listo para que a partir del uno de marzo, los funcionarios públicos y autoridades, tendrán que limitar sus actividades. Ello evitará intervenir en el proceso.
La prohibición de celebrar actos públicos y partidistas, limitará posibles intervenciones ilegales. Aunque la Imitación, no impide que tengan prendida su vela por los candidatos de sus simpatías.
Así a partir del próximo uno de marzo y hasta el dos de junio de 2024, las autoridades de todos los niveles, municipales, estatales y federales, tendrán restringido realizar actividades que puedan intervenir en las elecciones. En juego estará la presidencia de México, nueve gubernaturas -incluida la de Puebla- y cientos de cargos.
Entre las actividades que tienen prohibidas las autoridades: no actos públicos. Suspensión de entrega de apoyos económicos que puedan incidir en la decisión de la ciudadanía. Inauguración de obras de cualquier gobierno. Y edificación de obras públicas.
¡Arman campamentos!
ruizdur@hotmail.com

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