Adrián Ruíz
El poder se ejerce. El mensaje o saludo presidencial, tienen el poder de cambiar “encuestas” y dictar directrices para favorecer o despeñar a los receptores. Una mención “cordial” de López Obrador es una orden “indirecta”. En la mañanera de ayer tocó el turno al gobierno de Puebla.
En los últimos días López Obrador, tuvo un par de gestos significativos: un saludo a su amigo el diputado Ignacio Mier Velasco. Y un mensaje al gobernador Sergio Salomón.
Los dos entendieron la dimensión que significa a estas alturas un “guiño” presidencial. Ambos disciplinados saben lo que deben hacer para no enturbiar sus proyectos.
El de Sergio Salomón concluir con la administración hasta diciembre de 2024. Tiene a cuestas obras importantes -por cierto los trabajos empezarán en breve-, todas las entregará antes de la culminación de su mandato.
El proyecto de Ignacio Mier es a mediano plazo. Buscar la gubernatura poblana es importante para su carrera política. Pero antes está su labor al frente del Congreso de la Unión, como líder de la bancada morenista. Y sobre todo respaldar las encomiendas del Presidente.
El gobernador en pocas horas, comprendió que de manera urgente debía excluir de su gabinete a Ardelio Vargas. Desde Palacio Nacional le corrigieron la plana. Sin alternativa más rápido que pronto, anunció la renuncia a la subsecretaría de gobernación.
El nombramiento del represor Ardelio Vargas Fosado como subsecretario de gobernación, fue un error. Desde el primer momento el gobierno federal lo desaprobó.
La liga con Genaro García Luna -preso en Estados Unidos-, es una afrenta para AMLO. El mandatario poblano, bajo ninguna circunstancia arriesgará la confianza ganada del Presidente.
La mención que hizo AMLO sobre el informe de Ardelio Vargas, para que estuviera al tanto de la situación. Fue suficiente para que saliera de Casa Aguayo por el patio trasero. El gobernador le buscó una salida decorosa sin conseguirlo. Salió por la única puerta que le correspondía la de atrás.
Pero fue inútil el estado poblano y sus alrededores conocen el oscuro pasado de Vargas Fosado y su familia. Inexplicablemente su hija Guadalupe Vargas, ocupa la presidencia municipal de Xicotepec -en la Sierra Norte-. ¿Lo sabrá el presidente?.
Por cierto: ¿Saben que “columnista” de inmediato fue a ponerse a las órdenes de Ardelio, apenas lo nombraron subsecretario?. Es uno que tiene muchos temores por el giro que dio la política local. Igual que el muerto abrió muchos frentes en contra. Pensó que el efímero poder sería eterno.
Intenta inútilmente tender puentes con los posibles a quienes agravió sin límites. Está encerrado en la prisión que construyó.
¡Señales contundentes!
Reporte del Informante
“Santa” Claudia. El dedo “inquisidor” de la justicia, volvió a transformarse en justificador de culpables. Ahora resulta que la exedil Claudia Rivera Vivanco, es inocente de violencia política de género en contra de la exconsejera jurídica del ayuntamiento, Yasmin Flores Hernández.
El vergonzoso fallo del Poder Judicial. Es otra muestra clara del manejo parcial de la ley. La exoneración de Rivera Vivanco, es un mensaje claro de influencias, favores y padrinazgos de la corrupta exfuncionaria.
La “amañada” defensa para vestirla con el manto de “Santa” Claudia, fue confeccionado desde las entrañas del poder. La imagen de blanca paloma que presentó su defensa legal. Y sobre todo el festejo ridículo de un triunfo basado en influencias, es una vergüenza acordé a los que intervinieron.
Y fueron más lejos del cinismo sin paralelo. “Compraron” una veintena de pésimos porristas, que con ahogados gritos, vitorearon a favor de la peor presidenta municipal de la historia.
A pesar de que la exedil capitalina Claudia Rivera Vivanco, sumaba dos denuncias penales en su contra y una queja ante el Instituto Electoral del Estado (IEE) por violencia política de género. El Poder Judicial la exoneró de la manera más burda.
También hay que decir que Yasmin Flores, con respaldo del muerto, utilizó el caso para golpear políticamente a Rivera Vivanco.
¡Qué poca vergüenza!
Sin calidad moral. Si tuvieran un ápice de dignidad. La viuda Rosario Orozco Caballero y la expresidenta Claudia Rivera Vivanco, evitarían un ridículo del tamaño de la corrupción que ambas practican.
Al acusarse de las evidentes culpas de ambas que no pueden ocultar aunque quieran. Lo único que consiguen es evidenciar su falta de calidad moral.
La sangre de sus bocas salió a borbotones ante las mordidas de lengua que se dieron intencionalmente. Una en la rueda de prensa -la expresidenta- que dio. Y otra -la viuda- en un comunicado en redes sociales.
Ambas pecan de los mismo: se victimizan, para cubrir la corrupción en el estado y el municipio. Claudia tiene razón sobre El actuar del muerto. Ha sido y será el más corrupto político de Puebla.
La viuda también está en lo cierto sobre la ineptitud para gobernar de Claudia. Los nulos resultados de su administración saltan a la vista. En la misma magnitud que su enriquecimiento.
Los dos bandos pactaron no sólo con panistas, también con priistas, perredistas, ecologistas y todos los partidos existentes. Y como el cinismo no conoce límites: las dos quieren hueso.
¡Tal para cual!
ruizdur@hotmail.com
