jueves, noviembre 21, 2024
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Dónde quedó la bolita

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Adrián Ruíz
De millonarios a presidiarios. Los más de mil millones de pesos y las propiedades obtenidas por la familia Tiro Moranchel, mediante actividades financieras ilícitas, “desaparecieron” por arte de magia. La fortuna, quedó en diferentes manos de la administración marinista. Las 12 mil víctimas, nunca volverán a ver sus patrimonios.
Cuándo los hermanos Leonardo y Edmundo, fueron aprehendidos por instrucciones del exgobernador Rafael Moreno Valle. Los defraudadores habían entregado gran parte de la fortuna mal habida a funcionarios marinistas. Los abogados -ineficientes y pésimos negociadores-, también obtuvieron su tajada del pastelote.
Los más ganones fueron: Javier López Zavala -exsecretario de Gobernación, actualmente, también preso en el penal del Altiplano-. Y Javier García Ramírez -exsecretario de Obras Públicas y prófugo de la justicia, tiene orden de aprehensión-.
En calidad de prófugo a García Ramírez, le decomisó la entonces e Procuraduría General de Justicia, un yate y propiedades en Acapulco, Guerrero. La encomienda de la encargaron a un Ministerio Público, conocido de La Entrega, pero no le entró. Por lo que el trabajo lo hizo otro funcionario público.
Otro beneficiado por brindar protección a Leonardo y Edmundo, fue el exprocurador de justicia Víctor Carrancá. Supo aflojar a los defraudadores.
Los hermanos Tiro Moranchel, cuando explotó la bomba, por los fraudes cometidos, recurrieron a los otrora poderosos secretarios del gobierno de Mario Marín, para que los “salvarán” de la cárcel. Los abogados de los fraternos, negociaron con ellos y otros también cercanos a la burbuja marinistas.
El distinguido gabinete de Mario Marín, aprovechó la ocasión, para apoderarse de gran parte de la fortuna de los Tiro Moranchel. Con el poder en sus manos, maniobraron para escriturar bienes inmuebles y obtener efectivo.
Mientras duró el gobierno marinistas, se apaciguaron las aguas. En el gobierno de Moreno Valle, la presión de los más de 12 mil defraudados mediante manifestaciones en las calles, obligó a girar órdenes de aprehensión contra los Tiro Moranchel.
Sin la protección del gobierno, los hermanos fueron encarcelados. La segunda etapa para decomisarles capital y propiedades, llegó a través de los diferentes directores del penal de San Miguel, los abogados y otros funcionarios morenovallistas.
La mayor parte de los más de mil millones de pesos, desaparecieron de las arcas de los Tiro Moranchel. Son los responsables directos de los cuantiosos fraudes. Existen otros indirectos que se quedaron con parte del botín.
La Fiscalía General de Justicia, decomisó hace años más de 50 bienes que estaban en poder de los hermanos defraudadores. A la fecha, sólo Gilberto Higuera, conoce cuales son, dónde están ubicados y el costo de los mismos.
Ha transcurrido tiempo suficiente para ser devueltos a los propietarios originales. Los dueños, no han sido notificados de la recuperación de sus propiedades.
El delito de fraude genérico, exige la reparación del daño. Los Tiro Moranchel, están “fritos” de dónde van a sacar mil millones para cumplir el mandato de la ley.
El capital y los bienes obtenidos, pasaron a otras manos. Los defraudados se quedarán esperando la devolución de sus patrimonios. Son las únicas víctimas.
¡Fortuna repartida!
Reporte del Informante
Todos embarrados. La guerra desatada por el incremento de inseguridad en Puebla, es una lamentable situación que involucra a todos los niveles de gobierno. La delincuencia es azote -y sociedad- del estado, municipio y las corporaciones policiacas.
Las cifras y sucesos violentos exhiben a todas las autoridades. No sé puede responsabilizar a unos u otros. Todos tienen culpabilidad.
El alto índice delictivo se palpa lo mismo en la capital que en el interior del estado. La delincuencia se apoderó a lo largo y ancho de Puebla.
Por algo la autopista México-Puebla, está considerada entre las tres más peligrosas del país para el transporte de carga. La Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas -AMOTAC-, reportó que junto con la México-Querétaro y la Veracruz-México, son las más riesgosas para transitar.
Sobre estás carreteras se cometen los atracos más violentos del país. Carecen de vigilancia a lo largo de cientos de kilómetros. Nada detiene a la delincuencia. Pero los gobiernos si están detenidos para operar y combatirla.
¡Culpas compartidas!

ruizdur@hotmail.com

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