Adrián Ruíz
Judas matador. En Puebla ocurre el milagro de la “resurrección”. Gerónimo Barbosa es la prueba viviente. Fue un cadáver que ignoraba que estaba muerto. De acuerdo al añejo discurso del Judas Etílez alias Mario Alberto Mejía, Barbosa Huerta era el sexto pasajero en el fatal accidente en el que perecieron Rafael Moreno Valle y su esposa Martha Erika Alonso. En su nuevo e hipócrita discurso no sólo está vivo. Es su mesías.
Hace cuatro años -2018- el poeta frustrado, alucinó -como acostumbra- para “matar” a Gerónimo. Era normal estaba del otro lado de la mesa -con el PAN-. Trabajaba para Eukid Castañón. Gozaba con la muerte política de quién ahora es su amo.
Y fue más lejos al escupirle a Gerónimo que había calificado públicamente que las muertes del ex gobernador y la ex gobernadora fue un crimen de estado, lo que sin duda amerita que Barbosa Huerta sea llamado por la Fiscalía General del Estado a declarar.
La afirmación es más grave que la revelación de una comida particular de comunicadores con el ex gobernador Tony Gali. Seguirle el juego a su servil comunicador, vuelve a exhibir la decadencia de un gobierno frustrado.
En la medida que el fiscal Gilberto Higuera Bernal, cumpla con su labor se verá el tamaño de una “autonomía” que sólo está sellada de membrete. El estado se encuentra en la peor etapa de indefensión de la historia
El Judas Etílez, pronto se percató del grave error. Recurrió a lo que acostumbra: arrastrarse, llorar, suplicar, buscar por todos los medios ponerse a la orden de Gerónimo. Es su estilo. En su momento hizo lo mismo con Rafael Moreno Valle -quien por cierto nunca le creyó-.
Por ese motivo recurrió a un interlocutor -Eukid Castañón, el mismo a quien cruxifican en los medios, utilizó a un ex familiar, pero esa es otra historia-. El ex gobernador Moreno Valle evitó el canto de la sirenas y ordenó que se le ayudara con límites.
El “muerto viviente” actuó de manera similar para repetir como candidato a la gubernatura. El presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó a un lado los agravios personales que le hizo Gerónimo. Le concedió ser gobernador a pesar de saber que sería una de las peores decisiones en contra de poblanas y poblanos.
Barbosa es un cadáver político que quiere ser otra vez candidato a la gubernatura.
De lograrlo, no tendrá discurso de campaña.
¿O se irá con todo en contra de la “pareja siniestra”, como bautizó a Martha Erika Alonso y a Rafael Moreno Valle?
¿Escupirá contra quien fue su amigo y benefactor, ahora que sus cenizas yacen en una urna?
Esas y muchas más lindezas vómito en sus escritos contra Gerónimo Barbosa. Y las platicaba orgulloso a quienes querían escucharlo. Ahora en 2022 cómo el cobarde que es cuando el agraviado le reclamó se escudó en la cobardía.
Yo no, yo no. Fue el medio para el que trabajaba. Así se maneja un remedo de periodista.
Motivos palpables que redundan en la falta de credibilidad. ¿Acaso alguien le cree todavía?.
Por cierto si la FGE cita a declarar a los asistentes de la comida con Tony Gali. ¿Quién acudirá el Judas Etílez, Mario Alberto Mejía o Juan Pablo Vergara? Para motivarlos hay que decirles que habrá alcohol, polvo para inhalar y hierba para fumar.
Reporte del Informante
“Parir” chayotes. La crisis financiera por la que atraviesa la dirección de prensa oficial, entró a una espiral peligrosa. En lo que resta del presente año así será. Los medios al servicio del gobierno, deberán aguantar sin los “chayos” acostumbrados. La “jefecilla” Verónica Vélez, elude su responsabilidad. Se esconde. Incapaz de resolver promete falsamente: ‘está semana quedan resueltos los pagos”. Han pasado meses sin que liquiden.
Oculta que falta dinero por la elección de consejero y la fiesta que hará Gerónimo en las inmediaciones de Casa Aguayo.
La ineficiente capacidad de operar de la “jefecilla”, se traduce al dinero que suelta el gobierno a los medios. Sin capital es menos que un cero a la izquierda. Los pagos de los compromisos adquiridos tienen retraso de uno a tres y hasta cuatro meses.
La “jefecilla” de prensa no resiente la crisis, porque además del sueldo que percibe, cuenta con una partida para “gastos” para atención a comunicadores. La cantidad pasa casi integra a su bolsillo. Salvo algunos cafés o comidas con contados personajes.
Los fondos para los medios de comunicación fueron utilizados para la compra de votos en la pasada elección de consejeros estatales de MORENA. Para que Gerónimo impusiera a la mayoría de los 116 incondicionales, se gastaron más de 800 millones de pesos.
Parte sustanciosa acabo en la billetera de Agustín Guerrero Castillo, personero y “asesor” político del inquilino de Casa Aguayo.
¡Chupadores de recursos!
ruizdur@hotmail.com
El cadáver gobernante
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