Adrián Ruíz
Vicios perpetuos. La ridícula película de Gerónimo Barbosa en torno a la Secretaría de Educación Pública -SEP- y uno de sus principales cómplices -Melitón Lozano-, no pasará de un “churro” barato. Es decir nada sucederá. Las raterías seguirán como siempre sólo cambian nombres y apellidos.
La corrupción en la SEP y en general en el gobierno encabezado por el jefe de la tribu de Zinacatepec, crece como la espuma en la recta final de un mandato fallido. A Melitón ninguna responsabilidad le fincarán.
Sabe demasiado como para ponerlo contra la pared. Lo que en realidad busca el “despechado” Gerónimo es cobrarle la deslealtad a América Rosas, secretaria de Igualdad Sustantiva del estado. La herida caló hondo: “estoy decepcionado” sonó como a despecho.
Ningún secretario, secretaria o funcionario de primer y segundo nivel hacen falta en la SEP. Por el grado superlativo de corrupción que engloba la secretaría, opera prácticamente sola. El trabajo arduo lo han realizado siempre la gente de base.
Los empleados basificados conocen a fondo el teje y maneje de la SEP, los titulares sólo sirven para firmar y autorizar los movimientos. Por esa razón portan en todo momento el gafete de desechables.
Conscientes que en cualquier momento serán sustituidos. A partir del primer momento de asumir el cargo, buscan por todos los medios enriquecerse. En la SEP, existen carteras para dar y prestar en las que se obtienen recursos a carreras.
Melitón Lozano, siempre puesto para entrarle a la corrupción con singular alegría. No dudo para hacerse de billete grande. Lo hizo con la venía de Gerónimo Barbosa. Le permitió llenar sus bolsillos a tope.
Una revisión mínima de sus cuentas, bastaría para vestirlo con el traje a rayas de los presidiarios. Sin embargo nada pasará. La destitución cómo secretario es el “gran” castigo que le imputó Gerónimo Barbosa.
La “grilla” basada en chismes que le metieron en su alterada cabeza a Gerónimo, para bajarlo del barco. Y sobre todo quitarle la etiqueta de “corcholatita”, dieron resultado.
El encargado de cortarle la cabeza al nefasto Melitón, no podía ser otro que: Julio Huerta Gómez, director general de gobierno -en realidad secretario de gobernación. Y operador político “estrella” de Gerónimo Barbosa.
Huerta Gómez, emprendió la carrera a velocidad extrema para ser el próximo personaje más perseguido del siguiente sexenio. Son muchas las que debe por todos lados. El error de creer que el poder que le ha concedido su primo -en el más grande y descarado nepotismo-, le harán pagar la factura.
¡CERESO abierto!
Reporte del Informante
La tribu ataca de nuevo. La pérdida del amparo de parte de la Dirección de Bienes Muebles e Inmuebles de la Secretaría de Administración del gobierno de Gerónimo Barbosa, sobre las canchas de fútbol de la Noria. Desató la ira del jefe la tribu de Zincatepec. A grito abierto ordenó el último recurso que le quedaba: encarcelar al responsable del ridículo: el doctor Arturo González Perdomo.
La mala noticia para Gerónimo y su “chueco” gobierno es que el plazo para regresar los campos deportivos a González Perdomo, vence este día. El resolutivo fue ordenado hace cuatro días por la última instancia: los juzgados federales.
El recurso desesperado de encarcelarlo fue la alternativa que exigió Gerónimo Barbosa, para impedir regresar los campos de fútbol. En complicidad con la Fiscalía General del Estado, se sacaron de la manga la acusación de lucrar con bienes del estado.
La orden de aprehensión fue ejecutada el pasado lunes para arrestar a Arturo González en su domicilio particular. Lugar al que acudieron 25 ministeriales como si se tratará del más peligroso de los delincuentes.
Luego lo trasladaron al penal de Cholula, dónde ayer se realizó la primera diligencia para llegar a un acuerdo. Según el último reporte a La Entrega, el doctor González Perdomo, fue presionado para desistirse del fallo a su favor del amparo definitivo.
Bajo ninguna circunstancia aceptó el ofrecimiento. Los años del litigio, los recursos invertidos y sobre todo la satisfacción personal de demostrar que le asiste la razón, impidieron que se acordará un pacto conciliatorio para las dos partes.
Con la ley parcial del lado de Gerónimo y el gobierno, se busca que le fijen una cantidad económica, para salir bajo caución y pueda recibir los campos deportivos como legítimo dueño. Será complicado por la manipulación que el gobernador hace del poder Judicial.
La presión al interior del reclusorio cholulteca sobre González Perdomo se intensificarán. El motivo será “convencerlo” para que deje en manos de Gerónimo Barbosa, la millonaria propiedad.
Por lo que se prevee que permanezca privado de su libertad una temporada -tal vez tres meses-. Sin duda se trata de otra arbitrariedad de Gerónimo Barbosa. El doctor González Perdomo es otra víctima del prepotente gobernador.
¡Otro preso político!
ruizdur@hotmail.com
