Adrián Ruíz
Pifia garrafal. Cómo la humedad penetrante en las mejores obras de arte, los mercenarios de la comunicación intentan infectar al gobierno de Sergio Salomón. Ante el riesgo inminente de quedar fuera del presupuesto, venden espejitos que los mantengan pegados a la ubre oficial.
Uno de los negativos ejemplos es: Gerardo Ruiz con sus Incorrectas News. El intento de comunicador tiene impregnado el ADN que le heredaron quienes lo introdujeron a los medios de comunicación locales. Pronto aprendió las mañas de sus mentores para chantajear por su cuenta.
Convenció y engaño -a través de la “viuda”- a Gerónimo Barbosa, para ponerse a sus órdenes incondicionalmente. Lo abastecieron de “parque” -lo mismo que a todos los comprados-, para golpear y difamar a los supuestos enemigos del gobierno recién extinguido.
Sin el “parque” oficial no es nada en el ámbito periodístico. La única explicación es que al igual que los de su especie, no reportean. Porque nunca aprendieron. Son comunicadores de cafés y restaurantes.
Los beneficiarios del poder ejecutivo quedaron al descubierto. Carecen de peso en la opinión pública. Las cifras abultadas de su supuesta circulación, auditorio y visitas, son inexistentes -compradas, pagadas, ficticias y adulteradas-.
El desesperado intento de “mantenerse” con el estatus que le brindaron Gerónimo Barbosa y la otrora poderosa directora de comunicación Verónica Vélez Macuil –“la viuda”-. Lo protagonizó el distinguido “mercenario” de la comunicación: Gerardo Ruiz. Mediante un autogol, consiguió una entrevista con el mandatario Sergio Salomón.
El juego de siempre de Gerardo Ruiz -vergüenza del periodismo poblano-, no es otro que presentarse como uno de los comunicadores importantes de Puebla sin serlo. Lejos está de practicar como se debe el mejor oficio del mundo: EL PERIODISMO. Pero no es la excepción -por desgracia-. Por el contrario es el común denominador en la aldea poblana.
Por fortuna los planes del deshonesto comunicador fallaron. De poco sirvió ponerse de tapete ante el gobernador -no sabe actuar de otra manera-. Utilizó la misma estrategia que con Gerónimo Barbosa. Pensó que mantendría el jugoso convenio de publicidad oficial que tuvo en el mandato del desaparecido.
El fracaso fue por partida doble:
1- La entrevista al gobernador Sergio Salomón, no la vieron más de 100 personas. Lo que desnuda el pobre alcance de sus publicaciones. Y el nulo peso de su pluma. Por si fuera poco la grabación con el mandatario fue pésima.
2- El punto más importante -para Gerardo Ruiz- era la ratificación del cuantioso convenio que tenía gracias a la “viuda”. El comunicador deberá conformarse con el 40 por ciento de la cantidad total que le daba el corrupto gobierno de Gerónimo Barbosa.
La medida provocó el disgusto del comunicador. Sin opción aceptó el mermado ingreso. ¿Hasta cuándo aguantará el pacto?. En su esencia también está impregnada la piel de Judas. Es su procedencia y no puede traicionar sus raíces.
Las cosas para él y otros comunicadores cortados por la misma tijera, no volverán a ser como antes. Por lo menos en lo que resta de la administración estatal. Los privilegios monetarios por ocultar la corrupción a la alta escuela de Gerónimo, fueron desaprobados directamente por el gobernador Sergio Salomón.
En diciembre no sólo se selló la desaparición del corrupto Gerónimo Barbosa. También empezó la extinción de la mafia “comunicadora” de Puebla. En la misma proporción como florecieron cientos de páginas digitales, dejarán de seguir en circulación.
El recorte -en algunos casos- y la suspensión definitiva de subsidio, impedirá la subsistencia de quienes ignoran todo lo relacionado con el periodismo. En contraparte saben cómo facturar cantidades desproporcionadas con la inexisten labor de informar con: ética, oportunismo y sobre todo veracidad.
La depuración de falsos comunicadores es necesaria.
El periodismo lo agradecerá.
¡Periodismo contaminado!
Reporte del Informante
Guerra abierta. La dirección del Registro Público de la Propiedad, es ambicionada por cualquier servidor público con ambición de enriquecimiento. Es el escondite idóneo para pasar desapercibido. Por eso la pugna actual entre los registradores Carlos Velázquez y Ricardo Sánchez, vive sus momentos más álgidos.
Por las oficinas de la 7 norte y 14 poniente, a diario corren carretadas de dinero con los negocios de bienes inmuebles y terrenos. Para concretar los negocios es imprescindible la firma del director en turno.
La dirección se encuentra acéfala. Los dos bandos mueven sus piezas para ser elegidos. Carlos y Ricardo, al mismo tiempo de buscar la titularidad, se tiran con todo. Dejar al enemigo en el camino es la consigna.
En el Registro Público, el ambiente entre el personal es de división total. Cada uno tiene inclinación diferente. Al mismo tiempo externan su apoyo a los dos. Juegan a no perder y no se arriesgan a quedar entre los dos fuegos.
Las palancas en estos casos siempre inclinan la balanza. Y uno de los “posibles” cuentan con ese as bajo la manga.
¡Poder en juego!
ruizdur@hotmail.com
Incorrecto ADN
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