Adrián Ruíz
Botín valioso. Lo que representa política y económicamente el Tribunal Superior de Justicia, se traduce en escaparate clave y fortunas incalculables -Pacheco Pulido, Héctor Sánchez Sánchez, Roberto Flores etc…-. El improvisado presidente del Consejo de la Judicatura, Carlos Palafox Galeana lo sabe y ejerce el dominio pleno que no le corresponde.
La responsable de que el TSJ este sometido al yugo del intruso magistrado es: Margarita Gayosso, Presidenta del TSJ. Sin autoridad -a pesar que se supone ella es la máxima-, deja que Palafox Galeana, sea quien maneje las riendas. A ello obedece la deteriorada imagen del Poder Judicial en Puebla.
El anterior presidente Héctor Sánchez Sánchez -que se creyó Dios en el poder-, es el más reciente ejemplo de como utlizar al TSJ, política y económicamente. Lo mismo Guillermo Pacheco Pulido. Ambos se enriquecieron hasta el hartazgo.
Tras la caída del “Pachequismo” -como se le denominó en su momento en el Tribunal Superior de Justicia, todo se ha traducido en anarquía. Se atribuye a Mario Plutarco Marín Torres la caída en picada del Poder Judicial local .
El “cuatachismo” acabó con el disimulo que imperaba en el tercer poder local para nombrar jueces y magistrados. La escasa cultura, el alcohol , drogas y el utilitarismo ganaron la voluntad del caído Mario Plutarco.
El TSJ, nos aseguran magistrados jubilados es un nido de delincuentes, políticos venidos a menos, jueces improvisados y personajes que creen saberlo todo, pero ignoran reglas elementales no escritas al seno del TSJ. La importancia de controlar el Poder Judicial estriba básicamente en los siguientes puntos.
A).- Impunidad y empoderamiento.
B).-Manejo de los recursos económicos y fuero.
Para controlar al TSJ, descubrieron desde el ejecutivo y legislativo que era indispensable posicionarse ante el Pleno de Magistrados, desde donde se emitían las más relevantes determinaciones. Los predecesores de Marin Torres, optaron por la jubilación de magistrados decanos, quienes no podían cerrar la puerta de entrada a gobernación sin meter la grandísima cola que arrastraban.
Eso facilitó el finiquitar con aquellos su situación laboral. La llegada de “juristas” extraños al foro poblano de abogados locales fue intempestiva y sin oposición. En pocas palabras: “los mariachis callaron” el Morenovallismo controló el TSJ.
El Consejo de la Judicatura se instauró sin pena ni gloria, propiamente como órgano administrativo, bajo los principios y lineamientos que trajeron a México -de España-, al órgano de “ disciplina interna” inspirado en la llamada ley Zedillo. Impulsor de la Reforma Constitucional que creó a nivel federal el Consejo de la Judicatura.
Los reformistas planos en su inicio, optaron por suprimir el nombre de Consejo de la Judicatura. La ignorancia jurídica continuó y bajo la premisa de controlar el TSJ, con un mayor número de Magistrados, Gerónimo Barbosa compró un portafolio lleno de abstracciones jurídicas e impulsó una Reforma Judicial.
Misma que en su momento fue cacaraqueada por los “porristas” barbosistas, quienes derramaron tinta para enaltecer la Reforma Judicial y opacar la mínima crítica. Mientras todo esto acontecía la maquinaria judicial continuaba girando a grandes y corruptas intenciones.
Para jueces y magistrados cobraba vigencia el viejo adagio: “a río revuelto… ganancia de juzgadores”. Han sido más de ocho años de fallos a ultranza por directrices mezquinas. La autonomía, independencia, imparcialidad y soberanía del tercer poder es utopía total.
El ejecutivo fallecido -Gerónimo- servido de la ignorancia legislativa destruyó la mínima credibilidad de justicia en el estado. Al TSJ han llegado individuos que podrían ser todo, comisarios, diligenciarios o secretarios de juzgado pero jamás magistrados.
La decisión jurídicamente retrograda de crear una sala de análisis constitucional, implica simplemente desconocer que está atribución solo es propia de la Suprema Corte de Justicia. El silencio de foro jurídico local, dicho sea de paso es cómplice de la ignorancia de los legisladores y del difunto impulsor de la reforma que le vendieron sus ineptos asesores.
Grave resulta que el Tribunal Superior de Justicia, esté representado por un maniquí que goza de hacer pasarelas de moda en los eventos políticos a los que es invitada. Mientras el titular del Consejo de la Judicatura, vive su mejor momento haciendo gala del viejo dicho: “el que no ha tenido y llega a tener loco se quiere volver”.
Estamos frente a la ignorancia apropiada de la administración de justicia en el estado. La cual goza también de la complacencia de postulantes poblanos. ¿Cuánto tiempo resta para que las aguas se asienten en el Poder Judicial? Quizá el que requiera el presidente del Consejo de la Judicatura para continuar enriqueciéndose.
¡Presidenta dominada!
Reporte del Informante
Secretario incómodo. En las instalaciones de la ex penitenciaria del estado -avenida Reforma y 13 sur-, Gabriel Biestro Mendinilla, percibe el ambiente de presidiario. Sabe que sus días están contados como secretario del trabajo.
Intenta pasar desapercibido, su ex compadre -Gerónimo- lo incorporó tarde al gabinete. El castigo por la afrenta sentimental contra su hijo -el mismo que despotricó contra el gobernador Sergio Salomón, por los cambios en el gabinete- lo pagó caro.
El titular de la Secretaría del Trabajo, integrará el equipo de damnificados del difunto, que irremediablemente engrosarán la lista de “apestados” políticamente.
¡Al son de las golondrinas!
ruizdur@hotmail.com
Las pugnas por el TSJ
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