Adrián Ruíz
Daño colateral. El ventarrón levantado por la salida de Ignacio Ovalle Fernández de SEGALMEX-Seguridad Alimentaria Mexicana– alcanzará al gerente de Liconsa Puebla, Hugo Cantellano Gutiérrez a quien protege desde tiempos de Salinas de Gortari. Protegidos por el poder han transitado por la extinta CONASUPO para enriquecerse indiscriminadamente.
A pesar de la corrupción detectada en SEGALMEX durante la administración de Ovalle Fernández por el desvío de 8 mil 600 millones de pesos en dos años, ninguna responsabilidad le fincaran. Por el contrario el presidente López Obrador lo mandó al Instituto Nacional para el Federalismo -INAFED-.
El motivo es simple Ignacio Ovalle, fue jefe de López Obrado, cuando ambos eran priistas. El presidente de México fue apoyado económica y laboralmente por el exdirector de SEGALMEX. Por eso sólo lo mando a otro puesto donde dependerá del secretario de Gobernación Adán Augusto López.
Mientras en la delegación de LICONSA, el gerente Hugo Cantellano, puesto por su compadre Ignacio Ovalle, sigue con la acostumbrada manía de saqueo al Programa de Abasto Social en Puebla. Como encargado de la distribución de leche y la canasta básica como maíz, frijol, arroz, azúcar, harina de maíz, trigo, aceite vegetal, atún, sardina, leche en polvo, chiles enlatados, café soluble, sal de mesa, avena, pasta, chocolate en polvo, galletas y lentejas, aprovecha la oportunidad para enriquecerse.
Los productos gratuitos son negociados por Cantellano Gutiérrez y sus cómplices en la gerencia Gustavo Reyes y Javier Noriega. La organizada banda que está en contra de los ideales de la 4T de cero corrupción, falsifican credenciales de beneficiados para apoderarse de los víveres para después comercializarlos.
Los tres corruptos personajes tienen una red de misceláneas a las que venden los productos robados. La fortuna de Hugo Cantellano desde hace 20 años al frente de CONASUPO, le permitió despojar a sus hermanos de un rancho con todas las comodidades y lujos inimaginables en Ayotoxco de Guerrero, dónde acude con frecuencia Ignacio Ovalle para agasajarlo como merece por la protección y apoyo recibidos.
Los recursos mal habidos de Hugo Cantellano como Gerente de LICONSA, y DICONSA le alcanzaron para adquirir una envidiable residencia de 600 metros cuadrados en Zavaleta. En renta tiene su modesta casa de San Felipe Hueyotlipan.
Los 467 puntos de distribución de DICONSA y las 832 lecherías de LICONSA en el estado poblano representan un botín fácil de adjudicarse. La habilidad de los saqueadores para vender las cantidades industriales de productos es sorprendente.
Nada fácil es vender 10 mil kilos de maíz diarios, destinados al programa de la tortilla. Y tampoco colocar 5 toneladas de frijol y 7 de maíz. Así como Miles de litros de leche.
La remoción de su protector Ignacio Ovalle, prendió la alerta en LICONSA para Hugo Cantellano, quién se defiende como gato boca arriba para no regresar a la banca.
¡Gerente desprotegido!
Reporte del Informante
Plan con maña. No cabe duda que Gerónimo Barbosa es un “Chucha Cuerera” en lo que a apoderarse de lo ajeno se refiere. En la mira tiene las casonas viejas del Centro Histórico. Para lograr su propósito puso a tres sobrinos en el Registro Público de la Propiedad.
Tan falsa es la política impuesta por su gobierno en el estado, como los falsos cateos en las vetustas casonas del Centro Histórico. Las supuestas detenciones de grupos delincuenciales es la mejor forma de apropiación de inmuebles del Centro de la ciudad.
El pretexto ideal fue la caída del sistema electrónico en el Registro Público. Tiene 15 días que de extraña manera no funciona y aún más extraño que no lo pueden reparar.
¡Qué casualidades tan extrañas en el gobierno de Gerónimo!
ruizdur@hotmail.com
