viernes, septiembre 20, 2024
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Mitómano extremo

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Adrián Ruíz
Enfermedad incurable. Si alguien práctica a la perfección la mitomanía es: Gerónimo Barbosa. Nadie como él para mentir una y otra vez. Nadie como él para creerse sus fantasías animadas. Nadie como él, para exponer a diario la lengua de un “caradura” hipócrita.
Lo que no toma en cuenta son los potenciales datos que demuestran el tamaño de ridículo que hace. Acaso nadie de los aprovechados que están cerca de él, es capaz de decirle la verdad sobre su gobierno. Y sobre todo de su reprobable persona.
Se requiere ser un mitómano extremo para no darse cuenta de la sarta de mentiras que se atreve a decir. Todos, absolutamente todos los rubros de su gobierno se localizan en la cloaca de deshonestidad.
Miente cuando afirma que construye un ramo carretero sin precedentes -cientos de vías, asegura-. Miente cuándo exclama que el sector salud, gracias a su gestión se edifican clínicas y hospitales -deben ser psiquiátricos porque le urge un tratamiento que lo regrese al mundo terrenal-.
Para Gerónimo Barbosa, el huachicoleo, robo de gas, asaltos en el transporte público, casa habitación, transeúntes. Los homicidios, feminicidios y toda clase de delitos, sólo existen en la mente de los ciudadanos. En las nubes en las que viaja nada de eso existe ni por casualidad.
Miente en todo. La más reciente mentira que lo proyectó a otra dimensión fue: decir que en Puebla, no hay descomposición social. Al referirse a la inseguridad de la que somos presa poblanas y poblanos.
Según el gobernador mentiroso, nadie necesita escoltas para trasladarse a sus actividades cotidianas. Lo expresa quien viaja en una camioneta blindada con sus “guaruras” armados. Lo vocifera quién a poca distancia lo acompañan otras tres camionetas -una con dos médicos cubanos, medicinas y plasma disponible-. Las dos restantes con gente armada.
Lo dice a quien le abren paso por bulevares y avenidas, innumerables patrullas de seguridad estatal. Lo dice quien convirtió a Casa Aguayo en un búnker con policías apostados en un perímetro de 50 metros a la redonda.
Lo dice quien designó seguridad especial a su esposa y dos hijos. Cómo son “mochos” los custodian hasta en la idas a misa.
A pesar que a diario ocurren homicidios en el estado poblano. Míster mitomanía, jura y perjura que no hay descomposición social. Sabrá de lo que habla. El señor no sabe lo que es vivir en el filo de la navaja. Ignora lo que es salir a jugársela a diario con la única protección que tiene el común de la población: la suerte.
Para que tenga una vaga idea de la descomposición social que vive Puebla. De enero a septiembre del año en curso suman 888 asesinatos -sin contar los de los últimos días. Los feminicidios en el mismo lapso de tiempo suman 17.
Para refrescarle su seca memoria, en los dos primeros días de noviembre, se confirmaron cinco homicidios sólo en la zona metropolitana de Puebla. El pasado martes: el abogado Fernando Urbano Castillo Pacheco y su hermano Alejandro, fueron ultimados a balazos en el estacionamiento de Costco.
En San Pedro Cholula: un hombre mató a balazos a su vecino e hirió a su pareja, debido a un pleito por un lugar de estacionamiento. En la colonia Popular Castillotla, en las calles Yucatán y Puebla al sur de la capital poblana, fue hallado el cadáver de un hombre. Los vecinos encontraron un bulto que desprendía un olor fétido. Por la noche, un taquero fue asesinado a balazos en calles de la colonia Jardines de San Manuel.
¿No hay descomposición social? ¡Hay Terror social! Abre los ojos Gerónimo. No mientas más a los gobernados. Pero sobre todo no te engañes a ti mismo. Está bien que sicológicamente te metas a la cabeza que no estás enfermo -aunque en el fondo estás consiente que es todo lo contrario. La mitomanía es otra de las graves enfermedades que padeces.
¡Mentira de La Entrega: el gobierno cumple!
Reporte del Informante
Tigre rayado. Con todo lo que representa la “ejecución” de Fernando Urbano Castillo Pacheco, no puede ocultarse que se trataba de una auténtica “fichita” para infringir la ley. Fue el clásico apantalla “tontejos”. Sin duda fue un protegido de los gobiernos en turno.
Mucho se ha dicho de la maestría para realizar fraudes. Pero poco de las componendas que hizo con jueces y Ministerios Públicos. Utilizaba las parrandas, “servicio” de mujeres. Y lo más importante que le abría cualquier puerta por muy hermética que fuera: el cash.
Debajo del tacuche elegante había un individuo poco dotado de capacidades jurídicas. Pero si de gran verbo. Deslumbraba a los “tontejos” con sus historias.
La jueza séptimo penal que lo liberó de muchos fraudes es Rosalva Elena Zárate. Hoy flamante representante de jueces ante el Consejo de la Judicatura. Nada menos que la jueza de consigna favorita de Guillermo Pacheco Pulido -conveniente coincidencia-.
Es falso totalmente que haya liberado reclusos al contrario al interior del penal tenía vigilancia. Más de un interno lo quería golpear. Era de sangre pesada. Él era muy pedante.
Algunos comunicadores locales fueron presa de sus relatos y fantasías animadas con su presunción de grandes relaciones.
¡Jueces a disposición!
ruizdur@hotmail.com

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