viernes, noviembre 22, 2024
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Nada nuevo en Puebla

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Adrián Ruíz
No califican. La revelación -anticipada- de los otros dos candidatos al abanderamiento de MORENA en Puebla, de parte del líder nacional Mario Delgado, fue simple formulismo. La incorporación de Rodrigo Abdala y Alejandro Armenta, estaba anunciada. El primero por la cercanía con AMLO y el segundo porque trae aceptables números.
Junto con Ignacio Mier y Huerta -su nombre Julio, no lo conoce Mario Delgado, sólo lo mencionó por su apellido paterno-. Lo mismo ocurrió con Abdala, le tuvieron que soplar que se llama Rodrigo. Integran la cuarteta varonil final.
Lo trascendente del anuncio fue la mención de tres puntos medulares que definirán al perfil ganador:
1.- Se tomará en cuenta la valoración del Consejo Estatal. Es decir Nacho Mier y Huerta, pasaron la primera prueba. Alejandro Armenta y Abdala, fueron excluidos hace 10 días -no califican en la primera prueba-.
2.- Los resultados de las encuestas de reconocimiento, serán determinantes. Nacho Mier y Alejandro Armenta aventajan y por mucho a los otros dos participantes.
3.- La valoración política de todos y cada uno de los participantes. La diferencia entre Nacho Mier y los restantes aspirantes, incluidas las tres mujeres aceptadas es abismal.
Sin el menor problema Nacho Mier, aventaja a los tres perfiles masculinos y tres femeninos: LIzeth Sánchez, Olivia Salomón y Claudia Rivera. Es el único de los inscritos que aprueba los tres puntos que pide MORENA.
Otra punto a su favor sumó Nacho Mier, ayer por la tarde al maniobrar ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de diputados, la aprobación del dictamen que extingue los fideicomisos del Poder Judicial. En palabras cristianas los millonarios recursos no podrán más ser utilizados para el pago de lujos, privilegios y excesos a los que se acostumbraron por décadas los altos funcionarios.
Ninguno ni ninguna se acerca para presentar obstáculos. Con excepción del senador Alejandro Armenta, el resto carece de trayectoria política por lo menos aceptable.
Tal vez Abdala y Claudia Rivera, tengan raquíticos argumentos. El primero fue diputado federal, pero su gestión pasó de noche. La segunda, llegó a la presidencia municipal de Puebla por la gracia de su progenitora. Tuvo tan mal desempeño que suma más negativos que positivos en el ánimo de poblanas y poblanos.
Huerta -sin nombre-, tampoco tiene que presumir en su incipiente incursión en la política aldeana. Ser regidor de su pueblo -Zinacatepec-. Y secretario de gobernación por disposición de su primo el muerto.
En nada abonan a su causa, ni siquiera su nombramiento como coordinador de Claudia Sheinbaum. Los factores en contra son más. Cómo si ello no bastará, en las grandes ligas -México-, nadie lo conoce. Y lo ligan con el peor gobierno en la historia de Puebla, el de su pariente el muerto.
Rodrigo Abdala, es el político que lo tuvo todo -dinero, palancas, influencias- y nunca aprovechó su envidiable condición. Es el clásico “ya mérito”. A pesar de contar con la distinción de AMLO y parentesco familiar de Manuel Bartlett, carece de la capacidad para la gubernatura.
Cómo si todo eso fuera insuficiente, la delegación del Bienestar la dejó hecha un desastre. Hay faltantes de recursos por dónde sea. Y para su mala fortuna lo saben en Palacio Nacional. La Entrega próximamente documentará las anomalías -tenemos las pruebas dicumentadas-.
Y de las tres mujeres que se puede decir que no se sepa. En resumen no pasan la prueba del “añejo”.
¡Reglas insalvables!
Reporte del Informante
Bonanza a la vista. En tiempos electorales las empresas encuestadoras, desquitan con creces los meses de inactividad. Venden los veredictos favorables según la nominación del cheque. Inclinan la balanza a favor del mejor postor.
La mayoría carece de credibilidad, son manejadas por hábiles personajes que saben explotar el ego de quienes los contratan. Las encuestas locales, carecen de valor para definir candidaturas. Lo único con valor es lo que decidan en Palacio Nacional.
Las empresas locales de “estudios” demoscópicos como les llaman, maquillan a conveniencia los resultados.
Ofrecen el producto a la mayoría de los participantes. Las adaptan a conveniencia. Argumentan ser creíbles al cien por ciento.
Por principio ningún estudio de opinión efectúan. Lo único que hacen es preguntar a una cantidad menor de personas -mil 500-, no son nada ante un potencial de más de 4 millones de posibles electorales en Puebla.
Algo más revelador es que de los 217 municipios del estado poblano. Cuestionan máximo a 14, incluida la capital poblana. Pero lo más importante es quien o quienes dirigen las empresas encuestadoras. ¿Si son personajes dignos de confianza?. Y sobre todo si conocen la ética.
Las encuestas se elaboran a modo. La única con valor irrefutable es la de Palacio Nacional. Y no se hace con “estudios” demoscópicos. Ni siquiera se imprime. Se indica, con el dedo índice -redundancia válida-. Y de la mano derecha.
¡Credibilidad al costo!
ruizdur@hotmail.com

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