Adrián Ruíz
Manita de puerco. Como un desahuciado que sabe que le resta poco tiempo, Omar Álvarez Arronte, se dispone a “apretar” a los transportistas. Exprimir al máximo la Secretaría de Movilidad y Transporte es su consigna.
El secretario con perfil policiaco, afinó los detalles de los negocios de instalación de cámaras y botones de pánico en las 35 mil unidades. Y la activación de concesiones muertas, ampliación de rutas y autorización para circular con placas sobrepuestas.
El secretario engaña al gobernador Sergio Salomón, sobre el avance -en su imaginación- de la regularización del transporte público en Puebla. Al respecto no existe la menor intensión de cumplir.
En cambio la meta de engrosar sus cuentas bancarias y billetera, son prioridad de Álvarez Arronte. Con esas intenciones, instruyó a los subsecretarios José Hugo Cruz Cruz -administrativo-, Narciso Cázares Dattoli -operativo-, para presionar a los transportistas a través de la tropa.
A marchas forzadas, “trabajan” el director de inspección Gastón Fomperosa Zanatta y el director mercantil Jorge Alberto Benítez Samaniego, quienes junto con el resto de los directores cobran las “cuotas” establecidas por Omar. Aunque le pellizcan el aumento por el trabajo sucio.
Aunque el verdadero trabajo sucio en toda la secretaría lo hace Víctor Hugo Cruz, con la autorización de Omar Álvarez. El policía cibernético -Víctor Hugo-, tiene la misión del espionaje, razón por la que los transportistas están atemorizados.
A Hugo Cruz lo rescató Omar del C5, dónde se familiarizó con el espionaje cibernético. Ningún transportista que hable vía celular o mande mensajes de WhatsApp, sobre sus actividades está seguro.
La amenaza aumentará si concretan el negociazo de la instalación de cámaras y botones de pánico. Darán un golpe por partida doble. Impondrán a la empresa que venderá los aparatos.
Hugo Cruz, opera con la seguridad que le da la protección de Omar Álvarez. Practica la fórmula que le dio resultado como director de delegaciones de la Secretaría de Gobernación de la que salió por el patio trasero. Tras ser acusado de pedirles moche a los delegados.
La maquinaria ya fue puesta en marcha. El primer paso lo dio el director de inspección Gastón Fomperosa, quién con su grupo de inspectores realizan supervisiones a todas las unidades del transporte público, para comprobar cuántos carecen de cámaras y botones de pánico.
En realidad efectúan un censo del total de vehículos, para saber con exactitud la cantidad que se requiere para equiparlos. Lo que representa millones de pesos. Mientras como no cumplen con lo establecido para la seguridad de los usuarios, le tienen que entrar.
El negocio es por partida doble. Los transportistas han sido sometidos. Pero sobre todo amedrentados con las tácticas del policía cibernético.
Otro elemento que se hizo millonario en la secretaría y que por sus conocimientos sobre los bisnes del transporte, podría regresar es: Abraham Sánchez, quién fue subsecretario y es experto en la captación de recursos. Lo contactó Omar para el proyecto millonario por el que se frota las manos el protervo secretario de Movilidad y Transporte.
¡El bisne por delante!
Reporte del Informante
Regocijo azul. Quien está que salta de gusto y no por la posible candidatura a la gubernatura por el PAN, es el edil Eduardo Rivera Pérez. La inyección de recursos económicos para obras innecesarias y populistas es el motivo y no es para menos los millones de pesos emocionan a cualquiera.
Los 20 millones de la obra de la colonia del Carmen, más los 60 millones para bacheo, bien valen la pena. Salvó que ingenieros avezados en la materia se equivoquen el 20 por ciento es susceptible de negociar. Lo que equivale 16 millones que no rechazaría nadie.
De acuerdo con el mismo edil capitalino el ayuntamiento “parchara” 50 mil agujeros en la calles de la ciudad. Los expertos aseguran que cada uno en promedio tienen un costo de 500 pesos. Lo que da como inversión 25 millones de pesos.
Aún cuando el costo fuera de mil pesos por bache, la inversión sería de 50 millones de pesos. Sin duda es beneficioso hacer como que trabaja. Gana por los dos lados. Engaña -como es su costumbre-. Y en lo económico la tentación es millonaria.
En los próximos meses habrá más recursos de los que dispondrá Eduardo Rivera, en obras engañosas. La mesa está puesta y el edil es de los que no se hace del rogar.
¡Billetes azules!
ruizdur@hotmail.com
