Adrián Ruíz
Juego riesgoso. La clase política poblana de todos los partidos, con uñas y dientes se disputan el boleto por la gubernatura. Morenistas, Ecologistas, Petistas, Panistas, Priistas y Perredistas, quieren la mejor tajada del pastel y es lógico.
Pero por qué ninguno alza la mano -hasta el momento- por la presidencia municipal capitalina. En el papel perecería una cómoda posición por la negativa administración de Eduardo Rivera Pérez.
Sin embargo es más complicado de lo que parece. Los 300 mil votos que se requieren para ganar la elección, representan el real obstáculo. Y es que la capital poblana y zonas conurbadas están divididas sectorialmente por los diferentes grupos sociales.
El gran problema de los posibles candidatos es “convencer” a los sectores: marginados, clase media y clase alta, principalmente. Los que se identifican con los primeros, no cuentan con los votos de los segundos y terceros.
La división es clara. El riesgo de perder es alto. Por ello no todos quieren entrarle. Si bien la marca MORENA, garantiza un alto porcentaje de triunfo. Los nombres de los posibles contrarrestan las posibilidades.
La capital poblana se distingue por tener una cantidad considerable de panistas que sumada a lo que aportan PRI y PRD -aunque al parecer no habrá coalición en Puebla-, ponen las cosas parejas. Esa es una de la poderosas razones por las que políticos de MORENA, prefieren apostar por una diputación federal o hasta una local.
Entrarle a la disputa de la presidencia municipal, es apostar a la suerte. Ni Eduardo Rivera, tendría asegurada su reelección. Nadie que compita por el privilegio de gobernar a la capital poblana iría a la segura.
Contrario a la gubernatura, dónde el elegido por MORENA, tiene más del 60 por ciento de la victoria. Lo mismo las diputaciones federales. En ello se trabaja intensamente en el partido en el poder.
Como una forma de presión en el proceso electoral que se avecina en Puebla, tiene metidas las manos Adán Augusto López, secretario de gobernación. Por instrucciones precisas del dueño de Morena, el presidente López Obrador, labora en un encargo muy especial.
La encomienda es: planchar electoralmente Puebla para evitar otro muerto -Gerónimo Barbosa-. El desaparecido fue un cero a la izquierda durante los tres años de mal gobierno. Lo que el presidente quiere es la extinción total de todo lo que huela a muerto. En eso traba Adán Augusto. Y tiene manos libres.
¡Escases de gallos!
Reporte del Informante
Tour disfrazado. La oportunidad inmejorable para Julio Huerta Gómez, de hacer “campaña” en el tour del recorrido en la zona del Popo, no podía desaprovecharla. Propios y extraños a lo largo del camino carretero, observaron las bardas tapizadas de propaganda patrocinadas por el secretario de Gobernación.
El protagonismo de Julio Huerta es risible. Ante una situación de emergencia para poblaciones como San Nicolás de los Ranchos, Tochimilco y Atlixco, se privilegia la aspiración política -fallida- de un funcionario nacido del nepotismo -es primo del muerto-.
La gente de la Coordinación Nacional de Protección Civil, encabezada por Laura Velázquez Alzúa, se llevaron una mala impresión al constatar la publicidad barata que hace a su favor el secretario de Gobernación. Algunos preguntaron si se trataba del mismo personaje que “supuestamente” trabaja en la coordinación de esfuerzos para salvaguardar la seguridad de la gente.
Mayor burla causó cuando le escucharon declarar sobre un tema fuera de contexto: la visita de Claudia Sheinbaum a Puebla el próximo sábado. Uno de ellos comentó a otros compañeros, “será capaz de acarrear a gente de las comunidades en riesgo”. La respuesta fue tajante: “es capaz de eso y mucho más”.
Hacer campaña para una loca aventura es válido. Lo que no se vale es tirar en un sueño guajiro el capital de poblanas y poblanos, obtenido del gobierno corrupto del malogrado. El salario de tres años en el gobierno es insuficiente para derroche de millones de pesos gastados a la fecha.
De ninguna manera Julio Huerta podría comprobar los gastos invertidos en su “campaña”. Tampoco que en tiempo exclusivo para laborar en el gobierno como secretario de Gobernación, lo hace para promocionarse.
Y menos se vale que se aproveche de un acontecimiento de alerta para la población. El desastre amenazante del Volcán, necesita de toda la ayuda posible. Sin interponer intereses personales. La deshonestidad de Julio Huerta, quedó plasmada ante los afectados. Pero sobre todo ante los votantes.
Sin la menor vergüenza y si con el mayor cinismo, a grito abierto vociferó: “la visita de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum el próximo 27 de mayo no se suspende, ya que todos los eventos serán en lugares cerrados”. Más preocupado por la llegada de la precandidata presidencial que por el riesgo que pueda generar la actividad volcánica, enseñó sus verdaderas intenciones.
¡Primero el protagonismo!
ruizdur@hotmail.com
Presidencia devaluada
RELATED ARTICLES