Adrián Ruíz
Melena y uñas largas. A César Sansón Espinosa Torres, como subdirector de atención a juzgados del Registro Civil Estatal le crecieron en exceso la melena y las uñas. En la extorsión encontró un negocio millonario. A espaldas de la directora Paola Mayte Gorzo Lozada, puso en marcha el cobro de cuotas a jueces que quieran seguir en sus cargos.
El conocido pillo nombrado como jefe de oficina ante la salida vergonzosa de José Francisco de la Fuente Flores -vinculado a proceso-. Permaneció en el Registro Civil a pesar de que también tiene denuncia en contra -revelada en exclusiva por La Entrega-.
El fin del año pasado fue de intensa actividad para Sansón. Empezó por debajo del agua a negociar la permanencia de los 70 jueces estatales existentes. El pillastre aprovechó el temor de los nuevos jueces para cobrarles derecho de piso.
Como ignoran el corrupto manejo del Registro Civil y los juzgados. Les exigió 100 mil pesos para continuar en sus cargos. Los pagos se hacen con el 50% por ciento por “adela” y el resto en abonos “chiquitos”.
Con las uñas afiladas Sansón, cita a sus víctimas en su oficina alterna en el Italian Coffe de la 11 oriente y la 20 sur -a unos pasos del Registro Civil-. En el fondo del establecimiento acuerdan el negocio.
La advertencia: “si no se ponen a mano se van a la calle”. Surte el efecto esperado en las víctimas. Algunos ya cayeron y se mocharon con 50 mil pesos.
Los primeros tres jueces que aseguraron su permanencia en sus respectivos puestos con el pago de piso, son: Karla Ivonne Díaz Ledo, Dulce María Ruiz Ramírez y Samuel Mata Rincón. La tercia de árbitros “cooperaron” para el bolsillo de Sansón con 50 mil pesos cada uno. La negociación de realizó el 31 de diciembre de 2024.
Karla Ivonne Díaz Ledo es Juez del Registro Civil. Sin embargo se desempeña como Jefa de Operaciones Civiles en las oficinas de la Dirección General en Puebla capital. Después del convenio con Sansón, brinca de contenta por su ratificación.
Sin empacho se ufana de haberse arreglado con el pillo porque asegura que no pierde nada. Por el contrario presume que en un mes recupera lo que pagó a Sansón. El trato es que la deje dónde está porque ella se encarga del resto.
En tanto la segunda extorsionada Dulce María Ruiz Ramírez es Juez del Registro Civil. Sin embargo se encuentra adscrita al área de Emisión de Actas. Se maneja con bajo perfil. Pero tiene un colmillo largo y retorcido. Conoce el teje y maneje de las entradas por expedición de actas de nacimiento -principalmente-.
Sin el menor problema Dulce María recupera la “inversión” en el corto plazo. El puesto que ocupa da para eso y mucho más.
Y Samuel Mata Rincón es Juez del Registro Civil. Pero se encuentra adscrito al Juzgado Primero de la capital localizado en el CIS de Angelópolis. También ha incurrido en la indiscreción de comentar que ya tiene trato con Sansón. Y además lo promociona como quien ostenta el poder tras el trono -y así parece-.
Con el desconocimiento absoluto de la nueva directora. Cada día crecen más la melena y uñas de Sansón. El Registro Civil, sigue en caída libre de corrupción. Sin que Gobernación -depende de esta secretaría-, haga nada para limpiar el cochinero.
¡Mina de oro!
Reporte del Informante
Distracción conveniente. La mayoría de marinos y militares desplegados a lo largo y ancho del país para operar la estrategia de seguridad. En tan corto tiempo se decepcionaron por la infructuosa labor. De nada sirvieron los reportes de investigación en los estados. La delincuencia infiltrada mantiene el control.
La conclusión de las dos fuerzas armadas es dura y poco alentadora. Las raíces de la delincuencia van más allá del subsuelo. Están tan arraigadas que se pueden calificar como el “quinto” poder.
De acuerdo con la Marina y la Milicia: “la delincuencia es un distractor perfecto. Tan perfecto que es utilizado por el poder político. La gente se acostumbró a centrar la atención en la violencia diaria”.
Sin menospreciar el grado de violencia que predomina en el país. Marinos y militares aseguran que los hechos delictivos son perfectos para que la ciudadanía de olvidé de la administración de los recursos.
Las operaciones de las mafias son el pretexto ideal para distraer el manejo del billete. Mantener a la gente distraída es un mal conveniente.
¡Operación devaluada!
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