Adrián Ruíz
Modificaciones Barbosianas. La reforma judicial de Gerónimo Barbosa, se traduce a la misma “gata” revolcada. De acuerdo con las modificaciones que pretende se evitarán “privilegios” para algunos. En realidad pretende camuflajear su graciosa huida. Sabe que debe cubrirse la espalda. Resultó más corrupto que los exgobernadores del pasado que tanto crítica.
Tony Gali en un año ocho meses hizo más mucho más que Gerónimo Barbosa y Guillermo Pacheco Pulido juntos. Estos dos pésimos administradores, saquearon -Gerónimo sigue- las arcas públicas sin precedentes.
Gerónimo ha dispuesto del presupuesto sin mínimo recato. Antepone el pretexto de los más de dos años de pandemia. La inversión en el sector Salud, según su fraudulenta contabilidad supera los 9 mil millones de pesos.
Sólo él y el secretario de Salud, José Antonio Martínez García -a quien candidatea por su complicidad para 2024. Y quién tiene un conflicto familiar digno de las familias Capuleto y los Montesco-, saben a qué bolsillos fueron a parar los millonarios recursos. No hay pierde: al mismo “barril” sin fondo.
Retornando a la reforma judicial. No es más que una copia del intelecto de un abogado litigante. El plagio se lo vendieron caro a Gerónimo Barbosa. Por supuesto se hizo el negocio sin consentimiento del verdadero autor intelectual. Con ello pretende innovar mediante la deshonestidad.
Gerónimo pretende regir la reforma judicial sobre disciplina y honestidad -¿Con qué ejemplo pregona?-, nada que no estuviese en las normas anteriores. Se impulsará la creación de una estructura burocrática que costará más dinero a las poblanas y poblanos.
Lo anterior por necesidades propias de Gerónimo Barbosa, para equilibrar fuerzas. Por que no tuvo la fuerza moral necesaria para remover algunos magistrados anquilosados en el TSJ. Es una reforma injerencista. Elaborada por quien desconoce en esencia la función jurisdiccional.
Mezcla aspectos de justicia administrativa que en el ámbito federal están plenamente delimitados. Queda claro que esta reforma tendrá opciones claras de impugnación técnica. Debido a que se evidencia que ante un Congreso falto de conocimientos jurídicos, la reforma pasará tal cual -por imposición de Gerónimo-.
Corresponde a juristas poblanos, revertir ante el máximo Tribunal de Justicia en el país la reforma “Barbosiana”, que denota la clara intención de un gobernador por trasladar impunidad a su futuro exilió. Consiente de que debe huir del estado de Puebla, por todas las cuentas pendientes que dejará y que no son pocas. Intenta ganarle tiempo al tiempo.
Las dos fortalezas que sabe le servirán como protección -al menos en lo que resta de su nefasto mandato-, son: La Fiscalía General de Justicia y el Tribunal Superior de Justicia. Sin esos bastiones Gerónimo es hombre al agua.
El tiempo se le viene encima. Ya ni siquiera camina lerdo -como mi querido viejo-. Y menos es un gran tipo. Lo que se le viene es el reflejo de su comportamiento vengativo. Y su amargura infinita.
Gerónimo, producto del enriquecimiento ilícito y la corrupción permanente, contará con una fortuna millonaria. Pero carecerá de: TRANQUILIDAD, SALUD, PAZ Y FELICIDAD.
¡Lastima Geronimito!
Reporte del Informante
Temor fundado. El miedo creciente de Gerónimo Barbosa y sus esbirros porque pudieran retornar al poder gente como Ignacio Mier, Tony Gali y Fernando Manzanilla entre muchos más es justificado. Los frentes abiertos por el gobierno estatal y su pandilla rebasaron las simples rivalidades partidistas. Gerónimo ha sobrepasado los límites.
Persigue, amenaza, exhibe, difama sin pruebas. Desde su posición es fácil acusar, sin probar. Tiene a su disposición a los sirvientes de comunicación que en su momento se arrastraron ante los gobernadores del pasado.
El temor de está “gavilla” de facinerosos no es para menos. Ocultan en su actitud de bravucones la cobardía que les brota por la boca. Carecen de hombría. Es comprensible. Un superficial trato los delata.
Tan sólo suponer que alguno de los personajes políticos del pasado reciente, pudieran volver al poder. Provoca en Gerónimo y sus huestes un efecto diarreico permanente. Suficientes problemas físicos tienen -por enfermedades físicas, alcoholismo e intoxicación-, para afrontar lo que sería un azote acordé a sus comportamientos.
A estas alturas Gerónimo Barbosa, debería saber que el daño que pretende hacer a sus “supuestos” enemigos se lo hará así mismo. No está en condiciones para sumar más problemas. Las puertas de Casa Aguayo, se abrieron desde ahora para despedirlo del poder. Y podría hacerlo por la puerta trasera.
En unos meses la soledad e indefensión en la que estará lo volverá a su triste realidad. La Entrega lo acusa de ser un político CORRUPTO Y DESHONESTO. Y eso es más fácil de comprobar que quitarle un dulce a un niño.
¡Se le agota el tiempo!
ruizdur@hotmail.com
