Adrián Ruíz
Traidor natural. Se llama Ricardo Morales Sánchez, pero se considera periodista con 35 años en los medios de comunicación -mismo tiempo de “tranzar” hasta a los amigos-. Es uno más de los que no conocen la lealtad. Por dinero, traiciona, difama, miente, soborna y extorsiona.
Pertenece al grupo de los que se autonombran ‘incorruptibles” y son de los que se han enriquecido bajo la falsa estafeta de ser “periodistas”. La larga cola que arrastra es de dimensiones escandalosas. Desconoce la vergüenza. No tiene dignidad.
Su credibilidad -si algún tiempo la tuvo- como comunicador es inexistente. Son tantas las “tranzas” que ha hecho a amigos, socios y funcionarios. La Entrega le conoce innumerables. Empezaremos por una de las más ruines. Para que el lector tenga una idea clara que tipo de traidor ha sido, es y será.
Nos remontaremos al sexenio de Mario Plutarco Marín Torres. Cuando el otrora todopoderoso secretario de Gobernación, Javier López Zavala, estaba en la cumbre del poder. Cuando parecía que nadie le quitaría la gubernatura de Puebla. Pero entonces apareció Rafael Moreno Valle. Y todo se derrumbó.
El alcohol, los table dance y los “destrampres” nocturnos son su debilidad. Motivos principales por los que gran parte del dinero mal habido, se ha ido como le ha llegado.
Como asiduo visitante -cliente no porque no paga de su dinero- del antro 40 grados -15 poniente y 11 sur-. Pide mesa de pista para seleccionar “El Ganado” -mujeres que dan variedad-.
Instalado pide Wisky, para amenizar la noche. Por supuesto invita a otros acompañantes. Las botellas de licor desfilan en la mesa como lo hacen las damas en la pista.
Disfruta de todos los placeres que ofrece el exclusivo y caro antro de vicio. Y cuando le digo todos son todos.
Llegado el momento de pagar la cuenta -entre 30 y 40 mil pesos-. Sólo tenía que marcar el número telefónico de López Zavala, para que a los pocos minutos llegará un mensajero del exsecretario de Gobernación, con lo del importe del consumo y la propina.
Cada parranda -por lo menos una vez por semana- le costaba al erario público -tampoco a López Zavala- en 50 mil pesos. Dónde está la ruindad de Ricardo Morales Sánchez: en la desgracia de Javier López Zavala, por el presunto homicidio de su expareja.
Morales Sánchez, junto con otros comunicadores beneficiados por Javier López Zavala y el gobierno marinista, fueron los primeros en ensañarse con el exsecretario de Gobernación. Y hasta de mofarse de su desgracia.
Por supuesto que una noticia como esa no puede ignorarse. Pero una cosa es publicarla como es y otra burlarse del infortunio de quién en tiempo pasado les proporcionó beneficios económicos a llenar.
A esa clase de comunicadores pertenece Ricardo Morales. A la misma clase de malagradecidos que abundan en el medio informativo local.
¿Cómo creer lo publicado por un auténtico hijo de Morales?. Si lo hace con la marca de la vileza. Pero hay mucho más de este personaje dos caras. En posteriores Entregas, les contaré cómo les robó millones de pesos a sus socios constructores. El actual con denuncias en la Fiscalía General del Estado y pareja sentimental de la “soplona” del comunicador.
¡Y aún hay más!
Reporte del Informante
Premio menor. La dirección de la Lotería Nacional, para la señora Olivia Salomón, es del mismo valor que tiene su raquítica incursión -no carrera- en la política. La posición no le alcanza para perfilarse como pretende: a la gubernatura de Puebla.
El único mérito de Olivia Salomón es el oportunismo. Gracias a su difunto marido: Rafael Moreno Valle Sánchez, llegó al gabinete del muerto -el peor gobernador de la historia de Puebla-. El gris desempeño en la Secretaría de Economía. Puso en evidencia su carencia de tablas.
Supo colarse al apoyo de la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum. Sus “porristas” maiceados la colocaban como Secretaria de Turismo. Nada ocurrió. Fue olvidada por la ahora mandataria de la nación.
La insistencia de Olivia Salomón, persistió, hasta que la mandó a la Lotería Nacional. Sin opción aceptó un cargo de tercera. Los sorteos de la lotería, han pasado a la historia. Un porcentaje mínimo de gente de la tercera edad participa. La juventud no sabe que existen esos sorteos.
Lo de ahora son las apuestas en casinos. En el país operan más de 100. También las apuestas vía electrónica. La Lotería Nacional, cumple con el objetivo de recaudar fondos monetarios con sorteos amañados y manipulados.
Lo mejor que le puede suceder a Olivia Salomón es mantenerse en la dirección de la Lotería Nacional el mayor tiempo posible. Aprender para aspirar a sacarse por lo menos un reintegro.
¡Falló el premio mayor!
ruizdur@hotmail.com
