Adrián Ruíz
Tal para cual. La pareja formada por la diputada Mónica Silva Ruiz y el ex presidente del TSJ, Héctor Sánchez Sánchez, está unida por un lazo irrompible de traición y complicidad. Los ahijados de Gerónimo Barbosa, disfrutaron de la miel de poder. Y luego cayeron al abismo de la persecución.
Héctor Sánchez, edificó en el TSJ un poderoso emporio de riqueza y corrupción. Manejó la impartición de justicia, bajo las reglas que impuso el más protervo de los gobernadores que haya tenido Puebla. En base a ello estuvo contemplado para sucederlo -según sus alucinaciones. En la realidad siempre fue una de las marionetas de Gerónimo Barbosa-.
Lo que si es un hecho es que se enriqueció de forma grotesca. Todo marchaba a favor de Héctor y por supuesto de Doña Mónica. Eran los tiempos de armonia con el amo.
La pareja ideal acaparaba los espacios de los medios. Gerónimo con su destino marcado por la muerte, jugaba con ellos al gato y los ratones. Los dejaba ser. Los apapachaba hipócritamente. Tenía listo el puñal para enterrarlo en sus espaldas.
Y así ocurrió como un reptil sigiloso en Junio del año pasado, los bajo de su nube. El motivo: el único por el que Gerónimo tuvo diferencias con la mayoría de los integrantes de su gabinete Don dinero.
Entonces llegó la persecución -misma medida contra otros funcionarios- contra Héctor Sánchez. Y la “desaparición” de Mónica Silva en el Congreso del Estado. La pareja ideal se esfumó del escenario político. Dejaron de ser la envidia del resto del gabinete.
Las amenazas y persecución fueron tan agobiante que el otrora poderoso impartidor de la ley en Puebla, fue víctima de la espada de la justicia. Sin opción presentó su renuncia a la presidencia del TSJ ante el Congreso del Estado -que paradoja dónde legisla su pareja- el 27 de octubre.
La medida exigida por Gerónimo, fue más allá. Lo obligó a renunciar como magistrado, para disponer de una magistratura para su gente. El 8 de diciembre los diputados avalaron su salida por la puerta trasera del Tribunal Superior del Estado.
Por cierto el ahora gobernador sustituto el 17 de noviembre como presidente del Congreso, expuso que no había llegado la renuncia de Héctor al poder legislativo.
La falta de inteligencia de la pareja ideal, precipitó su debacle. Estuvieron a escasos 6 meses de la gloria definitiva. El plazo de vida del soberbio gobernador, estaba a punto de cumplirse. No supieron manejar la situación. Les ganó la ambición.
Era notorio que el ocaso de Gerónimo estaba próximo -La Entrega lo confió a amigos y familiares, incluidos contados funcionarios-. La respuesta fue: “estas equivocado. Eso creímos desde el inicio de mandato y se ve muy fuerte”.
Hay que admitir que La Entrega se equivocó: pronosticamos febrero del año en curso. Fallamos por un par de meses. Contamos con confidencias de gente cercana que nos aseguró que cayó en excesos, por eso acabó como acabó.
En fin la pareja ideal no lo vislumbró y sólo por la desaparición de Gerónimo, evitaron hospedarse en el penal de San Miguel. Sobre todo Héctor, quién huyó a su rancho de Querétaro, adquirido con recursos obtenidos cómo presidente del TSJ.
En días pasados regresó al lujoso departamento de Angelopólis -a unos metros del CRIT-, para ponerse a las órdenes de sus amistades. Héctor Sánchez con el mayor de los cinismos comenta a voz en cuello: “no hay orden de aprehensión en mi contra”.
“Por orden del góber Salomón ya se canceló. Es mi gran amigo. Ya estoy de vuelta en Puebla para lo que se les ofrezca”.
Las vueltas que da la vida. Pero sobre todo la asquerosa política, tiene de regreso a una pareja sin escrúpulos, ni valores morales. Dispuestos a vender su alma si es preciso para trepar en la maraña del poder.
Pertenecen a la raza de los despreciables, “empinan” a todos con tal de salvar el pellejo. Sin importar la lealtad que les brindaron. Negociaron -así lo presume Héctor-, sus cuellos nada más.
A propósito de prófugos, otro ex secretario que tenía orden de aprehensión ya anda muy activo con miras a las elecciones del próximo año. Es morenista antes que muchos se sumarán al partido guinda. El rompimiento con Gerónimo se dio también por $$$.
¡Reapareció el ausente!
Reporte del Informante
Justicia tardía. Tuvieron que pasar ocho meses y que muriera Gerónimo Barbosa, para que Santiago Bárcena Alvarez, recobrará su libertad. El ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Puebla, fue inculpado del asesinato de la activista Cecilia Monzón el pasado mes de Mayo.
Sin participación en el homicidio, supuestamente ordenado por Javier López Zavala, ex pareja sentimental de la víctima y ex candidato a la gubernatura de Puebla -a pesar de ser chiapaneco-, fue prestar una camioneta con engaños del autor intelectual del asesinato.
A pesar de demostrar su inocencia desde el principio y que fue objeto de engaño de su ex jefe -López Zavala-, por órdenes directas del prepotente Gerónimo Barbosa, lo tuvieron privado de su libertad más de medio año.
De no ser por la muerte del nefasto gobernador, Santiago Bárcena, aún estaría en prisión. El viernes pasado el Juez Tercero de Distrito, avaló el amparo 699/2022, que desde agosto -es decir 3 meses después de la ejecución le habían concedido-.
Pero el autoritarismo del desaparecido gobernador, obligó a transgredir la ley. Ese es el auténtico legado que dejó un ente amargado, peleado con la vida.
¡Libertad obligada!
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