Adrián Ruíz
Ilusiones endebles. Una cosa son los buenos deseos. Y otra la cruda realidad. Se vale desear que una mujer sea designada al gobierno de Puebla. El inconveniente es que los deseos difícilmente se cumplen.
El color de Morena para las elecciones de 2024, será representado por un masculino. La equidad de género en las nueve gubernaturas que se disputaran fueron diseñadas, hace meses. A Puebla le corresponde un hombre.
La movilización de los candidatos -no candidatas- se encuentra en una etapa avanzada. Sobre todo del diputado federal Ignacio Mier Velazco. A estas alturas, cuando la hora cero se encuentra a la vuelta de la esquina. No hay vuelta de hoja.
Los que no quieren ver las señales “discretas” salidas de Palacio Nacional, pasan por alto la más contundente: la declinación de un cuarto bate femenino, María Luisa Albores en las aspiraciones a los comicios poblanos.
La secretaria federal del Medio Ambiente, identificada con los colores de Morena y cercana al presidente López Obrador. Después de una intensa promoción, adhesiones de grupos morenistas en Puebla. De la noche a la mañana fue bajada del encumbramiento repentino.
El pretexto argumentado por la secretaria federal fue: tengo una labor que concretar al frente del Medio Ambiente. En realidad le comunicaron que la postulación sería para un hombre.
Si a una potencial candidata, la pusieron quieta. Que se esperan las mujeres poblanas que creyeron en las promesas del muerto -a excepción de Claudia Rivera, que cree en los Reyes Magos-.
Los seguidores de Claudia Rivera Vivanco -rezan por que fuera así-. Aún con todo que ha sido una de las mayores vergüenzas de Morena para Puebla-. La señora pretende ser tomada en cuenta. Con más negativos que positivos a su paso por la presidencia municipal.
Los porristas de la improvisada funcionaria Olivia Salomón Vivaldo. Por una pésima puntada del muerto se creyó lo de la candidatura. La secretaria de Economía, es una finísima dama. Y una excelente vendedora de terrenos. Pero nada más.
Eso sí bien adiestrada para hacer negocios -con los dueños de Pericos de Puebla el más claro ejemplo-. Los metió a la construcción de obras del gobierno estatal.
Tampoco se quedan atrás los aplaudidores de Lizeth Sánchez, secretaria del Bienestar. La dama ha trabajado para su propio “bienestar”. Vive con lujos exagerados. Tiene a su servicio a 5 agentes ministeriales las 24 horas del día para su seguridad.
El mensaje sobre la candidatura en Puebla, está claro. Las damas competirán en otros estados del país. Las cartas poblanas están out.
¡Ilusiones nada más!
Reporte del Informante
Viuda incondicional. La defensa a ultranza de la viuda Rosario Orozco Caballero, a la corrupción del muerto es válida pero carente de veracidad. Carece de calidad moral -igual que Estefan Chidiac y Alejandro Armenta-, porque fueron participes de las raterías del extinto gobernador.
Tras bambalinas, la viuda gobernó Puebla. Las lastimeras condiciones del desaparecido, le impidieron moverse. Lo manejó -con otras personas- como un títere.
Lo menos que puede hacer la viuda y el círculo de matraqueros, que habitaron tres años el reino de ensueño. Es dar la cara por quién presentaron como el ser más dotado de intelecto. Cómo el único gobernador limpio, blindado contra la corrupción -mentir es lo más fácil-.
La otra cara de la moneda. La oculta. Es que el muerto carga con un déficit financiero superior a los 25 mil millones de pesos. Recursos económicos que beneficiaron a la viuda, hijos. Y a los porristas incondicionales.
Que tiempos en los que aplaudían y celebraban, la basura que expulsaba a diario el muerto. Todo le festejaban. A pesar de saber que la mentira de probidad y honradez era tan obvia como las raterías que acostumbró en su corrupta existencia.
Ahora los lacayos escupen que el proceso electoral en puerta se ha llenado de personas no deseables. Con que calidad moral juzgan, si con el muerto todo fue ratería. Se hartaron de robar. Se ensuciaron de pies a cabeza de materia putrefacta.
La viuda puede gritar que el muerto era honrado. La historia y pruebas demuestran lo contrario. Fue un gobernador tan contaminado como el río Atoyac.
Sigan excusando al muerto. Sigan en su inútil defensa. A poblanas y poblanos les quedó claro lo miserable que fue. Confiaron al votar por él en una de las personas más falsas de las que se tenga memoria.
Al defenderlo se exhiben como parte del arrabal que gobernó al estado poblano. Son parte de la suciedad que distinguió los últimos cuatro años de gobierno -incluido el medio año de Guillermo Pacheco Pulido-.
¡Mezcla de suciedad!
ruizdur@hotmail.com
Se vale desear
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