Adrián Ruíz
Fractura lógica. La firme decisión de registrar la marca: Sergio Salomón en el gobierno poblano, llegó en menos tiempo del esperado. El gobernador pronto se percató de la dañina presencia de las huestes barbosistas. Uno de los último eslabones es el secretario de “papel” Julio Huerta Gómez -primo del que castigó Dios-.
Los fuertes vientos que cruzan Puebla, se llevarán sin remedio al secretario de “papel”. Es una sombra en la gobernabilidad del estado. La jerarquía de Javier Aquino, jefe de gabinete y hombre de toda la confianza del gobernador, está por encima de él y empezó a imponerse.
A Julio Huerta se le permite hacer campaña para comprobar que es un pigmeo político. Las decisiones trascendentales las asume Javier Aquino de común acuerdo con quién manda: Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
El último tentáculo del negativo gobierno de Gerónimo Barbosa, corre riego de ser cercenado. Las otras dos incómodas apéndices -par de “viudas”-, dejaron de tener el peso e influencia que ejercieron hasta diciembre pasado.
El secretario de gobernación no tiene claro que el poder lo ejerce Sergio Salomón Céspedes. Tampoco tiene claro que le hizo un favor inmerecido al concederle la Secretaría de Gobernación.
El segundo cargo más importante del gobierno estatal, se lo concedió para darle la oportunidad de “placearse” e intentar meterse a la puja por un cargo de elección popular. Sin embargo el sello de perdedor por naturaleza, le impide crecer.
En la obtusa mente de Julio Huerta, ronda la descabellada idea de escalar peldaños en la política poblana. Cómo lograrlo con el peso corrupto sobre su espalda. Cómo conseguirlo si nació para perder -en la política-. En lo económico, gracias al saqueó del gobierno es todo lo contrario.
Acaso olvidó que los colonos de Ajalpan -terruño de él y su familia- le dieron la espalda en la votación por la diputación local del municipio. Los ajalpences prefirieron favorecer a Adolfo Alatriste Cantú. Ni la imagen de López Obrador en las boletas, fue suficiente para hacerlo diputado en su terruño.
El rompimiento de Julio Huerta Gómez con el gobernador se dio como tenía que ser. El primo incómodo, obstruye la directriz del gobierno que pretende Sergio Salomón. Se ha convertido en un negativo para el proyecto del mandatario.
El peor error de Julio Huerta es: creer que puede impedir y sobre todo retar al gobernador, para que no haga los cambios urgentes y necesarios en el gabinete -funcionarios corruptos afines a Gerónimo Barbosa-. La decisión fue tomada por quién manda. Y no habrá marcha atrás.
Lo increíble es que el secretario de gobernación, ignore como se ejerce el poder. Los expedientes de los barbosistas se encuentran listos para ser ejecutados -incluido el de Julio Huerta-. Las largas colas que arrastran, son suficientes para fincarles responsabilidad jurídica.
Si no quiere entender que está siendo medido con la misma vara que su primo y él midieron a Ana Lucía Hill cómo secretaria de gobernación. La dama fue una figura decorativa en Casa Aguayo. Lo harán entender de la manera menos agradable. Todos sabían que Julio Huerta era el verdadero secretario de gobernación.
Desde la dirección de gobierno, manejaba los hilos del poder -por las incapacidades de Gerónimo-. En la actualidad Javier Aquino, es el encargado de la gobernabilidad. Julio, es el secretario de “papel”. Ni siquiera alcanza a ser una figura decorativa.
Se delató la fuerza a través del subsecretario Andrés Villegas -prestanombres en los espectaculares y Ambas Manos de Julio-. Será complicado seguir operando de esa manera. No les alcanzó para sostener a la “viuda” Vélez Macuil.
Fracasó la férrea defensa que intentó Rosario Orozco -la otra “viuda”-. Sin opción Vélez Macuil, salió por la puerta de atrás del malogrado gobierno estatal.
¡Desechos tóxicos!
Reporte del Informante
Salomónicas decisiones. Aprovechar la infraestructura y bienes existentes en el gobierno estatal, es una de las mejores decisiones que tomó el gobernador Sergio Salomón. Sin detenerse a criticar y juzgar si las construyeron y adquirieron -como Gerónimo Barbosa-, Moreno Valle, Tony Gali u otro mandatario, ahí están y hay que hacer uso de ellos.
De lo contrario el deterioro las volverá inservibles, como pretendió el acomplejado finado. Los millones de pesos para el mantenimiento, los desembolsa si o si el gobierno. No usarlos es una tontería costosa.
Y más tontería fue que durante tres años Gerónimo, pusiera a la venta los tres helicóptero -uno Bell y dos Augusta- sin que los adquiriera nadie. El costo por mantenimiento de las aeronaves es de 60 millones de pesos anuales.
También el mantenimiento de los edificios del CIS de la vía Atlixcayotl es elevado. Lo mejor es utilizar las instalaciones modernas, cómodas y funcionales. Lo mismo usar los helicópteros para los traslados lejanos. Y el CIS cuenta con helipuerto.
La decisión del gobernador Sergio Salomón fue la mejor. No existe razón para no aprovechar todo lo bueno que tiene el gobierno para un mejor funcionamiento.
Existen otras propiedades que piden a gritos ser rescatadas. Están convertidas en elefantes blancos, por terquedad de un Gerónimo ciego y acomplejado. Sólo porque fueron edificadas y adquiridas por otros gobernantes superiores a él.
El enfermizo complejo porque no podía subir a los helicópteros -imposible “montar” en la silla de ruedas-. Tampoco desplazarse a los edificios del CIS. Con dificultad lo llevaban a Casa Aguayo.
Despachar en el CIS le evitará al gobernador el enclaustramiento de horas obligado por las manifestaciones en Casa Aguayo. Y el desplazamiento rápido a cualquier parte del estado. Sobre todo a los lugares de las giras al interior del estado que incrementó recientemente.
¡Congruente mandato!
ruizdur@hotmail.com
