Adrián Ruíz
Educación huerfana. Algo no funciona en la Secretaría de Educación Pública -SEP-. La titular Isabel Merlo Talavera y la subsecretaria de Educación Superior, Ida Gabriela Hernández García, entonan música diferente. El rechazo es mutuo. Cada una responde a intereses diferentes. El enfrentamiento es directo. El rechazo inocultable.
Isabel e Ida se ignoran olímpicamente. Aunque ninguna lo necesita ni el saludo se dan. No existe la mínima comunicación entre ellas. La SEP está convertida en un campo de batalla.
Cada una se siente la mandamás de la SEP. Aunque por organigrama y en el papel Isabel Merlo, sería la responsable de la Secretaría. En la práctica es todo lo contrario Ida Gabriela, controla todo al interior.
La película es una repetición de la protagonizada en su momento por los “maleteros” –acarreaban maletas de efectivo para el muerto a Casa Aguayo-, Melitón Lozano, exsecretario y América Rosas, exsecretaría de Educación Media Superior. El guión sufrió pequeñas modificaciones pero la trama es la misma.
Ambas argumentan las razones por las que deben asumir el control pleno de la SEP. Desde luego la secretaría Isabel Merlo, tendría que ser la absoluta mandamás por escalafón. En corto tiempo como titular, salieron a relucir sus limitaciones académicas.
Y aunque lo intenta inútilmente, no puede ocultar que la secretaría se la debe al “padrino” mágico que hace “negocios” millonarios con el gobierno. Impone gente en las secretarías estatales. Legisla en el Congreso del Estado. Maneja -por debajo del agua- al PRI. Y hasta tiene voz mediante un medio informativo -dizque periódico-.
Los ingredientes de identificación constituyen una debilidad de la secretaria de la SEP. Ingredientes a los que les saca el mayor provecho Ida Gabriela. En cada oportunidad al interior de la dependencia grita que ella y nadie más que ella debería ser la titular.
Ida Gabriela “restriega” a la secretaria: “tengo dos maestrías, una en Ciencias de la Educación y otra en Innovación Educativa. Además cuento con estudios de género en la Universidad Complutense de Madrid”.
De nada sirve toda la educación y preparación que presume a la hora de desempeñar su labor en la SEP. Cuando el trastorno de bipolaridad la domina. Lo mismo ofende a sus colaboradores, que a quienes acuden a su oficina para algún trámite o consulta. Cuando su estado emocional desaparece, igual que llegó, se comporta como una infante.
En el clima de su comportamiento explosivo. De manera inconsciente exhibe a su hija la diputada Xel Ariana, al asegurar que la protege de todos. Y esa “palanca” le sirve para sostenerse en la subsecretaría. También puede darse el lujo de no relacionarse con Isabel Merlo.
Ida Gabriela, abusa de su condición como subsecretaria. En la jornada laboral, insulta y ofende a todos los integrantes de Educación Superior. Va más allá de lo permitido: despide y priva de la verdad a quien no comulga con sus ideas y procedimientos.
Las cartas de las dos autoridades están puestas sobre la mesa. Isabel Merlo ingresó a la SEP como una cuña para detener la prepotencia de Ida Gabriela. La “guerra” fue declarada. Sólo una sobrevivirá. La primera es posición del vicegobernador de Puebla. La segunda es uno de los resquicios del muerto.
Por lo pronto mientras las dos mujeres sostienen su lucha intestina. La SEP se encuentra a la deriva entre dos fuegos. Justo en los momentos precisos de contingencia por la actividad del Popo. Y con la educación a distancia.
La educación a distancia en 40 municipios engloba a 767 mil 805 alumnos de escuelas públicas y 290 mil 92 alumnos de escuelas privadas. Así como 57 mil 373 maestros que desarrollan el programa. Pero eso no importa a Isabel Merlo e Ida Gabriela.
¡Duelo femenino!
Reporte del Informante
Ejecución cobarde. La ejecución del comunicador Marco Aurelio Ramírez Hernández en Tehuacán por motociclistas. Es un agravio al periodismo en general. Específicamente al de Puebla.
Es una clara muestra del peligro que se corre en el ejercicio de la mejor -más riesgosa- profesión del mundo. Al mismo tiempo pone en la justa dimensión el grado delincuencial que se vive en Tehuacán -lugar de origen del muerto y su primo Julio Huerta Gómez-.
La inseguridad para reporteros, comunicadores y en general de poblanas y poblanos. Es el fiel reflejo de la ineficacia de la Fiscalía General de Puebla. Sobre todo del Fiscal Gilberto Higuera Bernal.
El asentamiento de la delincuencia organizada en Tehuacán y en gran parte del Estado de Puebla. Obedece a la “venta” de la plaza al grupo Cártel Jalisco Nueva Generación -CJNG-. El grupo delincuencial desplazó al casi extinto de los Zetas.
La mayoría de asesinatos de comunicadores quedan impunes. El de Marco Aurelio, se realizó a plena luz del día. Lo acribillaron de cinco balazos. No es difícil suponer de “parte” de dónde salió la orden. Todo apunta a la delincuencia asentada y permitida en Tehuacán y municipios aledaños.
Con la ejecución de Marco Aurelio suman cinco los comunicadores asesinados en el mismo número de meses transcurridos del año en curso. El año pasado fueron 17 los reporteros ultimados.
Una peculiar coincidencia envuelve al crimen. Marco Aurelio, laboró en el gobierno -inconcluso- del presidente municipal Felipe Patjane, encarcelado por el muerto. Sin duda conveniente casualidad. ¿O no?.
¡Acecho peligroso!
ruizdur@hotmail.com
