Adrián Ruíz
Camino despejado. Poco a poco se dispersan los grupos morenistas que se disputan el dominio de la segunda ciudad más importante del estado: Tehuacán. La presidencia municipal, ganada por el doctor Alejandro Barroso Chávez -posición del diputado Ignacio Mier-, codiciada por lo que representa, será uno de los cotos de poder del futuro senador.
Los estirones y jalones, desde la imposición del candidato, primero. Y de la elección después, fueron a ganar o morir. Al final Alejandro Barroso, fue el elegido -ganador de la encuesta, según hicieron creer-. Los números entre él y el empresario refresquero García Balseca, fueron cerrados.
Al final Ignacio Mier, consiguió imponer a su gallo. También la operación para favorecerlo en las urnas. Factores que lo llevaron a ganar la votación y como consecuencia la presidencia municipal.
El grupo de Julio Huerta Gómez -primo del muerto-, Rosario Orozco Caballero -viuda del muerto- y Olga Lucía Romero Garci-Crespo. Coquetearon con el actual edil municipal Pedro Tepole, para que repitiera. Y ser los mandones en Tehuacán.
El frustrado intento los hizo girar el timón para reclamar el municipio que creen es de su propiedad. El primo y la viuda, con diputaciones -local y federal-, sienten tener derecho al codiciado territorio.
Lo que pasaron por alto es que a Ignacio Mier, le interesa sobre manera Tehuacán. Al no lograr la candidatura al gobierno de Puebla, pidió mano en la capital del país para llevar a la presidencia al doctor Barroso Chávez.
El primo y la viuda, optaron por manejar bajo perfil. Consientes que en adelante estarán indefensos. A lo que más aspiran es a cobrar sus dietas como legisladores. Sus futuros en la política local llegaron al límite.
Ambos serán levanta dedos en las respectivas cámaras. Sin embargo pretendieron apoderarse de Tehuacán. Los mensajes de advertencia: “que no asomen la cabeza”, no los entienden.
A la otra interesada en Tehuacán: Olga Lucía Romero Garcí-Crespo, la hicieron a un lado con la jugada de integrarla al equipo de transición del gobierno estatal. Sus días como dirigente en Piebla de MORENA, están contados.
El gobernador electo Alejandro Armenta, la comisionó en la entrega-recepción de Finanzas, Administración y Función Pública. Se trata de la llave de apertura de la puerta trasera de la dirigencia del partido guinda, para que salga.
El terreno para Ignacio Mier, ha sido despejado poco a poco. Atrás de Alejandro Barroso, estará el diputado federal, para lo que gusten y manden en Tehuacán.
Luego del intenso trabajo a lo largo y ancho del estado poblano. Pero sobre todo la costosa inversión monetaria en una candidatura fallida. La presidencia municipal de Tehuacán, es una generosa fuente de ingresos, para solucionar el financiamiento gastado.
El futuro presidente Alejandro Barroso, iniciará una administración con compromisos ineludibles. La cuota por la imposición como candidato, la deberá saldar a la brevedad posible.
Tehuacán tiene dueño y no precisamente los tehuacanenses. Tampoco Alejandro Barroso.
¡Caja abierta!
Reporte del Informante
Compromisos ineludibles. El viaje a la capital del país, para el gobernador Sergio Salomón, tiene paradas obligadas. Mismas que impedirán la llegada directa y sin escalas al gobierno federal.
El anuncio del mandatario que finalizará su gobierno hasta diciembre, sin pedir licencia o renunciar al cargo. Es síntoma de los compromisos con el presidente AMLO, de finalizar las obras iniciadas.
La prioridad en los restantes meses es concluir la nueva sede del Congreso, los distribuidores viales y la nueva RUTA del transporte pública. Obras que tienen un atraso considerable y que requieren la supervisión personal del gobernador.
El mandatario confío en las empresas a las que se les asignaron las obras. El tiempo se acabó sin que cumplieran. Sergio Salomón, personalmente ha acudido en las tardes y noches a comprobar los estados en los que se encuentran.
Las obras tendrán que culminarse, aunque no serán en tiempo forma establecidos. El presidente Andrés Manuel López Obrador, quiere venir a inaugurarlas. Por lo menos los nuevos edificios del Congreso del Estado, antes de concluir su sexenio.
¡Manos a las obras!
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