Adrián Ruíz
En la tablita. Sin la mínima vergüenza, reaparecieron públicamente la viuda Rosario Orozco y el exsecretario de salud, José Antonio Martínez. Lo hicieron en el arranque de la precampaña de Alejandro Armenta en la Libertad. Los dos buscan una posición en la próxima administración.
La deshonesta dupla no entiende que pertenecen al grupo de “apestados”. Saquearon a placer la Secretaría de Salud. Parte de los millones sustraídos les alcanzó para anotarse como suspirantes a la candidatura por MORENA a la gubernatura.
Sin empacho José Antonio y Socorro, acudieron a presentarse ante el precandidato Armenta Mier. Pretenden ser tomados en cuenta en el futuro político inmediato.
Aunque en realidad quieren impunidad por el desvalijamiento de la extinta Secretaría de Salud. La absorción que hizo el IMSS-BIENESTAR del sector salud en la mayoría de los estados, sirvió para que salieran a flote los turbios manejos que realizó José Antonio Martínez, bajo el amparo del muerto y su viuda Rosario Orozco.
Entre otras muchas irregulares, las auditorías practicadas, revelaron que en la administración de Antonio Martínez, junto con Hilda Vázquez, ex directora de operación de personal -también protegida del muerto-, vendieron más de 120 plazas de salud. Los vivales ofertaron puestos de médicos, enfermeras, administrativos y de operación.
Las tarifas de las plazas oscilaban entre los 300 y 200 mil pesos. La ganancia de los corruptos involucrados fue millonaria. Lo mismo que por la compra ficticia de medicamentos y equipo.
El muerto, la viuda, José Antonio e Hilda, aprovecharon los dos años de pandemia para desvalijar a la Secretaría, con total impunidad. Una revisión superficial, reveló un faltante de 4 mil millones de pesos.
Al ser útiles a sus intereses la viuda y el muerto, hicieron inamovibles de sus cargos a José Antonio e Hilda. Sin importar las constantes denuncias del personal. Tampoco pesaron las acusaciones de Julio Alfredo García, líder del Sindicato de Salud, sección 25.
Sin el amparo del poder estatal y al pasar el sector salud a dominio del gobierno federal, el exsecretario de salud, quedó desprotegido. Y si deciden responsabilizar a los culpables del robo a la Secretaría, José Antonio, Hilda y la viuda, lo menos que obtendrían sería: la privación de su libertad -cárcel-.
Paradójicamente el más culpable: el muerto, pagó el precio con el mayor castigo que puede recibir todo humano, perder la vida.
¡Sin protección!
Reporte del Informante
Atracos rodantes. Al mismo tiempo que el secretario de Movilidad y Transporte, Omar Álvarez Arronte, disfruta de unas merecidas vacaciones por los 10 meses de “extenuante” labor en la Secretaría. El transporte público y de alquiler, “atracan” a los usuarios e invaden vías.
Los taxistas y conductores de vehículos por aplicaciones, incrementaron sus costos al triple y hasta cuádruple. Unos días antes y en los que restan del año. Los servicios los cobran como si los hicieran en limusinas o en vehículos de lujo último modelo.
Las “chatarras” rodantes -taxis-, rebasan los 10 años de antigüedad que establece la SMyT. Circulan de milagro, todo les suena. Los interiores son dignos representantes de la suciedad.
Por servicios de un kilómetro de distancia cobran como un viaje fuera de la ciudad. La tarifa oscila entre los 250 y 300 pesos. Sin regulación y sin supervisión de la SMyT, los abusos y excesos de los choferes del servicio de alquiler se despachan con la cuchara grande.
Los usuarios sin alternativa son atracados. Usar el transporte público es más riesgoso porque los asaltos por toda la ciudad se incrementaron. La carencia de autoridades de Movilidad. Y la falta de vigilancia policiaca, facilita la labor de la delincuencia, para atracar con la mayor facilidad a los pasajeros.
La invasión de calles y avenidas del transporte público, permiten a los delincuentes interceptar las unidades y despojar de sus pertenencias a los pasajeros. Por todos lados el pagano es el ciudadano común.
¡Diciembre inseguro!
ruizdur@hotmail.com
Tóxica reaparición
RELATED ARTICLES