Adrián Ruíz
Conflicto anunciado. El anunció del gobernador Sergio Salomón, que habrá más cambios en el gabinete, precipitó las traiciones. Los Judas, se empezaron a traicionar. Se delatan para salvar el “pellejo”.
Sin dones de adivino es claro dónde se requiere limpieza total. La Secretaría de Salud -la pandemia fue el pretexto perfecto para desviar millones de pesos-. La Secretaría del Trabajo -nicho de la ineficacia total-. Y la Secretaría de Infraestructura -obras para los cuates-.
En la Secretaría de Salud la situación tocó fondo. El lodo de corrupción se percibe por todos los rincones. De la cabeza -secretario- a los pies -enlace de prensa-, la tienen sumida en un quebranto irreparable.
Los principales responsables de la desviación de recursos. Y la venta indiscriminada de plazas federales son: el secretario José Antonio Martínez García e Hilda Vázquez, directora de recursos humanos.
El destape de la cloaca, sacó la esencia traicionera de los dos deshonestos personajes. Ambos dispusieron de los 247 millones, 297 mil pesos que el INSABI -Instituto de Salud para el Bienestar- destinó para Puebla, para la contratación de médicos, enfermeras y personal.
La millonaria cantidad debió ocuparse para la prestación gratuita de servicios de salud a personas sin seguridad social.
Los dos funcionarios deshonestos, protegidos de Gerónimo Barbosa, hicieron, hacen y harán de la Secretaría de Salud y los recursos ajenos sus propios negocios.
José Antonio Martínez e Hilda Vázquez, dispusieron -vendieron- las más de 150 plazas de médicas y médicos y las casi 200 de enfermeras y enfermeros, destinados para Puebla. También negociaron los centros de trabajo para personal de confianza.
Con el amparo de Gerónimo Barbosa, se llenaron los bolsillos de recursos. La venta de plazas les redituó millones de pesos. Nunca mostraron las actas de adjudicación de las plazas. Las ofertaron por encima de los 200 mil pesos.
Familiares y amigos de los dos fueron beneficiados con trabajos de base, sin los méritos mínimos. Perciben salarios superiores a los 25 mil pesos mensuales.
Los cambios hechos por Sergio Salomón. Y los anunciados en el futuro inmediato -antes del final de marzo-, encendió la alarma en la Secretaría de Salud. Lo que hasta diciembre fue camaradería entre los cómplices, se convirtió en traición y acusaciones.
Aunque ambos están con el agua hasta el cuello. Se culpan de las incontables transas que perpetraron. El propósito de salir librados y evitar la cárcel, los orilló a acusarse mutuamente. Ninguno acepta su responsabilidad corrupta.
Sin el manto protector del ejemplar más representativo de la corrupción: Gerónimo Barbosa -muerto-. José Antonio Martínez e Hilda Vázquez, podrán ser llamados a responder por sus comportamientos deshonestos. Ambos tienen cuentas pendientes por saldar.
Lo saben y están dispuestos a venderse mutuamente para salvar sus cabezas. Sin tiempo para tapar el cochinero que hicieron. Les resta el recurso de la traición. Todo antes de caer en desgracia.
Para su mala suerte, no tienen tiempo para maquillar los turbios negocios al interior de la Secretaría. Nunca imaginaron que quedarían en la “orfandad”. Pensaron que finalizarían la administración con la bonanza de su lado.
El saqueó a la Secretaría de Salud, ha sido de tal dimensión que al doctor le alcanzó para patrocinar la locura de una campaña como aspirante a la candidatura de MORENA. Y a Hilda Vázquez para abrir tres clínicas médicas.
Como justificar inversiones millonarias. Los respectivos sueldos 80 mil pesos mensuales en promedio -más las compensaciones que se asignan-, no les alcanzan para cuadrar los pasivos y activos realizados.
¡Cochinos trompudos!
Reporte del Informante
Deshidratación normal. Las oleadas de calor dejaron exhaustas a las “corcholatitas” barbosistas. De pronto se agotaron. Se deshidrataron. Se desdibujaron. Se cansaron.
Las dos sobrevivientes José Antonio Martínez y Olivia Salomón, se refugiaron en los rincones de la Secretaría de Salud y la Secretaría de Economía.
Ya no quieren queso, sino salir de la ratonera. Los sueños de grandeza se derrumbaron. Lo mejor para ambos será salir decorosamente de un malogrado gobierno.
Las aguas volvieron a su nivel. Sin un sustento de trayectorias políticas. Sin reales carreras que los catapulten a otros niveles. Pero sobre todo sin haber competido por un puesto de elección popular, pretendieron sorprender a propios y extraños.
Hasta hace unas semanas Olivia Salomón, todavía contemplaba la ilusoria idea de la presidencia municipal de Puebla.
Y le hicieron creer que si por paridad de género en Puebla, podría ser una mujer la elegida para la grande. No habría nadie más que ella por el partido guinda.
Nada más falso. Si esa remota posibilidad fuera. Olivia Salomón, sería la última opción del partido en el poder. Antes que ella, existen muchas féminas que estarían contempladas.
Pero como el candidato será varón, Olivia Salomón, verá cortada su incipiente carrera política. Iniciada y finalizada en la actual administración.
A la señora la metió a la política local demasiado tarde su ex esposo, Rafael Moreno Valle Sánchez -fallecido-. El contador era el de las relaciones en los círculos poblanos.
¡Sin vuelta de hoja!
ruizdur@hotmail.com
Traiciones en Salud
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