Las actividades económicas de El Buen Fin fueron un respiro para el sector comercial del centro histórico, sin embargo, no se superó el 30 por ciento de las ventas esperadas.
El cierre del zócalo, el descontrol del comercio ambulante y la situación económica adversa de las familias, impidió que se obtuviera la meta de sus ventas.
Reveló, el presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vázquez quien reconoció que no fue un Buen Fin para el sector.
Admitió que la primera semana del programa fue mejor debido a que alcanzaron metas de hasta 40 por ciento de incremento en sus ventas.
La segunda parte se complicó por el desbordamiento del comercio ambulante en calles del centro histórico, el cierre del zócalo para permitir el libre tránsito de personas hacia los locales y finalmente la crisis económica a los bolsillos de la familias ocasionadas por la contingencia sanitaria del covid-19.
Ayala Vázquez, precisó que la mayoría de las personas que llegaron al centro histórico no realizaron compras, se dedicaron a pasear en familia por carecer de recursos para aprovechar los descuentos.