Hilo roto. La delgada línea que sostenía la mínima relación entre el gobierno federal y el estatal de Puebla se rompió. Sí AMLO, guardaba las formas por conveniencia. Dejo de lado el protocolo. Para proceder a la indiferencia.
En una fecha memorable en la historia de México, como es el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata. El presidente acudió a Ayoxuxtla de Zapata, perteneciente a Huehuetlan el Chico, Puebla, a conmemorar los CII años del asesinato del caudillo de la Revolución.
Lo relevante es que AMLO lo hizo sin la presencia de Gerónimo Barbosa y nadie del gobierno estatal. Se trató de una visita estrictamente privada entre las autoridades de la comunidad y él. Nadie más fue invitado. Y menos avisado de su llegada.
Y más convivió en una comunidad Antorchista. Con el presidente municipal Margarito Aragón Tapia. El edil se atrevió a preguntarle: “Señor como nos independizamos^. La respuesta corta fue: “Solicítenlo al Congreso».
El presidente escuchó sin obstáculos el reclamo de abandono en el que está la comunidad en todos los rubros. La vacuna anti Covid, ni por equivocación ha llegado. La visita sorpresa sirvió para que constatará el panorama real del estado de Puebla.
La orden de AMLO de no notificar al gobierno de Puebla sobre su visita, fue tajante. Tanto que cuando culminó la ceremonia antes de las 12 horas del pasado sábado, mandó a informar vía telefónica que estaba en el lugar donde se firmó el Plan de Ayala.
Minutos antes del medio día, en la ceremonia en el Paseo Nicolás Bravo en los momentos que Ricardo Velázquez, explicaba a Gerónimo Barbosa, sobre el rompimiento del General Emiliano Zapata con Francisco I. Madero, fue interrumpido por su secretaria.
La mujer en cuestión ataviada de pantalón negro, blusa Blanca y chal rosa, se acercó al oído de Gerónimo Barbosa para decirle que le hablaban por teléfono. Con movimiento brusco se libró del brazo de su auxiliar que lo sostenía. Dio media vuelta para apoyarse fuerte en su bastón y contestar el aparato celular.
Una voz femenina se escuchó del otro lado. Gerónimo Barbosa en tono amable exclamó: “Aquí estamos en el evento de Zapata. A sus órdenes».
La llamada fue escueta sólo para informarle que: el presidente López Obrador, había tenido su ceremonia privada de Emiliano Zapata en Ayoxuxtla de Zapata. El mandatario de la nación no hizo la llamada fue una interlocutora.
De esa manera el gobierno estatal, se enteró de la presencia de AMLO en Puebla. El presidente encontró las excusas idóneas : “Fue por motivos de la veda electoral. Y por la pandemia”. Como los buenos toreros capoteó la embestida irregular.
¡AMLO sin testigos en Puebla!
Reporte del Informante
Comensal especial. Sí, algo disfruta el presidente López Obrador de Puebla, es la riqueza culinaria. El sábado en lugar de reunirse con políticos del gobierno barbosista, prefirió comer una rica pancita en el restaurante La Lupita en Izúcar de Matamoros.
Tema pendiente: salida de Raciel López Salazar de Seguridad Publica. Una joya más.