Hasta pronto. El maldito Coronavirus, cobró la vida de Alejandro Gallardo. Alex a los 69 falleció en el IMSS La Margarita, ayer por la mañana.
A Alex, amigo, guerrero, intelectual lo conocimos hace 35 años. Recién terminada la preparatoria. Platicar con él fue como recibir una cátedra en las aulas de la BUAP, alma mater que amó con pasión.
La Entrega lo conoció cuando fuimos ofice boy en prensa de gobierno. Lo dejé de ver un tiempo. Más tarde nos volvimos a encontrar. Se sorprendió al saber que era reportero de deportes.
Le gustaba escuchar lo que sabía de varias disciplinas. Sobre todo de lucha libre y boxeo porque desde hace 40 años los viví de cerca.
Incrédulo como era escuchó con atención las anécdotas de como conocí al Santo sin máscara cuando era un niño apenas. Lo mismo que a Vicente Zaldivar «el zurdo de oro», campeón mundial de peso pluma, de manera misteriosa al amanecer esperaba en su auto en la esquina de la 13 oriente y 2 sur.
Por mi parte disfrutaba el relato de la toma del Carolino en el lejano 1976, en el que participó junto a Carlos Talavera, Marco Antonio Gómez y Humberto Fernández de Lara entre otros, lo contaba sin exageraciones. Lo más apegado a la verdad.
Alex al mismo tiempo de ser brillante era sencillo. Un auténtico izquierdista. La riqueza y el poder nunca estuvieron en su mente. Nos identificamos en eso.
Las diferencias con el actual gobierno eran abismales. Conocía a todos y cada uno de los que asumieron el poder. Discreto como era no opinaba al respecto. Como siempre lo hizo con los gobiernos en turno.
El limpio manejo del lenguaje y conocimiento de la historia, le permitió escribir discursos de políticos que pronunciaban en ceremonias de héroes principalmente.
Vio pasar el tiempo y malos gobiernos desde la dirección de asuntos políticos de la secretaría de gobernación estatal. A lo largo de 23 años, sólo esperaba su jubilación para dedicarse a su pasión: la lectura.
El burocratismo del ISSSTEP y maldito virus lo impidieron. Una semana antes de su cumpleaños el 6 de diciembre, lo invadió el patógeno. La batalla por un mes finalizó ayer por la mañana.
Hasta pronto Alex, las calles y privadas del Carmen, no volverán a abrir espacios para estacionar tu vehículo compacto. A diario de lunes a viernes antes de las 8 horas, dejaba su unidad para caminar a Casa Aguayo. Después de las 15 horas lo recogía para dirigirse a su domicilio.
¡Un guerrero se fue!
¡Auténtico izquierdista!
Reporte del Informante
Ratas del asfalto. El cierre a la circulación de la avenida 14 oriente -Casa Aguayo- por el gobierno barbosista, propició que las áreas verdes del Centro de Convenciones se infestarán de grandes ratas.
Los descomunales roedores del tamaño de canguros, salieron de Casa Aguayo para invadir las vecinas instalaciones. Las más grandes siguen en su nido frente a Garibaldi.
Los roedores a diario orquestan infecciones -ataques- contra los poblanos. La mayor y líder de la colonia, es la peor. La descomunal cola que arrastra le impide mantener el equilibrio al caminar.
Las ratas poco a poco infestan de porquería al estado. Nada detiene a la maligna plaga. Son inmunes a la honradez. La capa de cinismo que se embarraron hace años, los protege contra la honradez.
¡Urge fumigación!
Judas etílez. Cuándo Gerónimo Barbosa, decretó ley seca parcial. Lo hizo pensando en su besa pie -único-. El poeta frustrado Mario Alberto Mejía. Adicto a «chupar» de gorra en restaurantes podrá copear a gusto.
En restaurantes se permite el consumo de alcohol. Parte del «cochupo» de fin de año que le entregó al alcohólico, podrá gastarlo antes de escribir para arrastrarse como sólo él sabe hacerlo.
Aunque por la «mafufadas» que redacta parece ferviente consumidor de la «canabis».
¡Salud Judas!
Felices fiestas lectores, nos leemos el 2 de enero.
Correo: ruizdur@hotmail.com