Dudas recíprocas. El informe -rendido ayer- de Héctor Sánchez Sánchez como presidente del Tribunal Superior de Justicia, no recibió acuse de recibo del destinatario. Las dudas de su posible reelección siguen en el aire.
El esfuerzo de semanas para prepararlo y enfocarlo al corrupto Gerónimo, no tuvo el resultado esperado. Al menos en forma inmediata. El espaldarazo brilló por su ausencia.
Héctor Sánchez busca por todos los medios seguir en la presidencia. Sabe que depende exclusivamente del corruptazo número uno de Puebla. El mensaje ansiado no llegó. Al parecer sigue a prueba. Y el futuro no es halagador.
Gerónimo atestiguo el informe. Pero ni escuchó el mensaje. La respuesta la había ensayado antes:
«En Puebla se están fortaleciendo las instituciones porque cuidamos al poder -respuesta para ingenuos-. Es tiempo de rectificar el comportamiento de todas y todos a través de las funciones públicas encargadas en las leyes».
En realidad lo que piensa y hace Gerónimo es: ordenar y obligar a los responsables de impartir justicia en Puebla a ejecutar a máxima velocidad sus caprichos contra poblanas y poblanos.
En resumen utiliza la justicia como le viene en gana. Así denuncia a quien se le ocurra de corrupción, enriquecimiento ilícito, asociación delictuosa entre otros delitos.
Tan sometida tiene la justicia que en Puebla, sería improcedente una denuncia contra él por los mismos delitos.
¡Presidencia en compás de espera!
Reporte del informante
Ordenes tajantes. Un par de ordenes retumbaron en las instalaciones del Hospital Covid de Cholula. Las descabelladas disposiciones de última hora, fueron del soberbio Gerónimo Barbosa. El transmisor, el director general del nosocomio.
Lo que menos importa al gobernador es la salud de poblanas y poblanos. Lo trascendental es elevar la falsa imagen del óptimo manejo de la pandemia.
La primera orden fue: bajo ninguna circunstancia, Puebla retornará a semáforo rojo. Gerónimo pretende deslindarse a cualquier costo.
La otra orden tajante fue: No se podrá tomar muestra a pacientes en general que hayan sido muestreados y su resultado fue positivo. Si alguien llega con síntomas y le practicaron prueba en alguna ocasión, ya no le harán otra sin costo al menos. Se trata de economizar.
Lo que pretende Gerónimo es lavarse las manos. Sin embargo el clamor unánime de poblanas y poblanos lo señalan como el responsable directo de los estragos del patógeno en Puebla.
Ante el riesgo de un rebrote mayor, lo último que se necesita es el abandono de las autoridades. Privilegiar una imagen por demás devaluada como la de Gerónimo a la salud es criminal.
¡No más pruebas de Covid!
¡No al semáforo rojo!
Salud putrefacta. Como si la latente amenaza del «bicho» fuera insuficiente. La ciudadanía poblana debe cargar el peso de la mayor corrupción en el estado.
El sector salud: el más importante en estos complicados momentos es el peor del país. Casi en todos los niveles anteponen sus intereses a los del servicio.
El ejemplo de Gerónimo Barbosa para desviar los recursos es aplicado al pie de la letra. Para no desentonar Hilda Vázquez Sánchez, directora de operación de personal en la secretaría de salud, saca provecho de su posición.
Protegida por Gerónimo y Eric Cotoñeto, principal operador de asuntos turbios. La tercia de cómplices se conocieron como activistas del PRD.
Como directora de personal, no podía desaprovechar la oportunidad de colocar a su parentela y amistades en la nómina de salud. Al mismo tiempo al personal lo intimida y amenaza con despedirlos.
La ambición de la funcionaria de cuarta no de la 4T, va más allá de lo permitido. Con el aval de Gerónimo y Eric, empezó un negocio que no tiene pierde.
La chapucera funcionaria incrementó su actividad en salud. Puso en marcha la venta de plazas administrativas en la secretaría. También los traslados y cambios de sedes.
El negocio es tan fructífero que en tiempo récord -20 días aproximadamente- recaudó millones de pesos. Lo peor es que no ha cumplido con los tratos pactados.
¡Gerónimo-Eric dupla de agitadores!
Correo: ruizdur@hotmail.com