Etelvina Gándara, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, forma parte del grupo de expertos que trabajará en el proyecto multidisciplinario Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México: caracterización espacio temporal y establecimiento de procesos históricos evolutivos, en el que estará a cargo del estudio y análisis genético-poblacional de los corales localizados en esa zona.
El proyecto fue elegido en la Convocatoria Ciencia de Frontera 2019 en modalidad grupal, por lo que la recolección de especies, así como la toma de las muestras se realizará durante los primeros meses del 2021, junto con las exploraciones biológicas, la caracterización ecológica, genética y geoquímica; a mediados de año se realizarían otros muestreos debido a que algunas de las especies migran, dependiendo de la estación del año.
Dicha investigación, cuyo responsable técnico es el doctor Leonardo Ortiz Lozano, del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana (UV), se ha desarrollado a lo largo de siete años, en conjunto con Ana Lilia Gutiérrez Velázquez, investigadora del Tecnológico Nacional de México, campus Boca del Río (TECNM). Ellos plantearon la hipótesis de la existencia de un corredor arrecifal que abarca los tres sistemas arrecifales conocidos en la costa de Veracruz y que recorre desde Tamiahua hasta Coatzacoalcos.
Esta idea se reforzó cuando se encontraron arrecifes sumergidos que hasta entonces eran desconocidos para la ciencia, lo que abrió la interrogante de si los corales y toda la macrofauna bentónica que ahí habita están vinculados genéticamente, por lo que la experta de la BUAP investigará la historia evolutiva de algunas de las especies, para conocer si existe intercambio genético entre los arrecifes a lo largo del Corredor Arrecifal durante miles de años; o si tal flujo, se ha visto interrumpido por la aparición de barreras; así como la diversidad genética dentro y entre cada arrecife.
Doctora en Ciencias por el Instituto de Ecología, A.C., explicó que en el Laboratorio de Diversidad y Evolución Fúngica y Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas se realizará la extracción, amplificación y secuenciación de ADN, así como los análisis genéticos correspondientes.
Señaló que los datos genéticos que se obtengan representan una parte medular para el proyecto, “a partir de una pequeña muestra de tejido se obtiene el ADN, ya sea de plantas, animales u hongos, corales en este caso; posteriormente se seleccionan ciertos marcadores moleculares, para amplificarlos, es decir, obtener miles y millones de copias de ciertos pedacitos del ADN por medio de la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), luego se obtiene sus secuencias nucleotídicas, ya sea por secuenciación tradicional (Sanger) o masiva, para visualizarlas y realizar los análisis genéticos”.
La doctora Gándara indicó que obtendrán muestras de varios individuos de diferentes especies de corales de 14 arrecifes, cada uno de los cuales representa a una población, por lo que al tener varios individuos de las diferentes poblaciones comprobarán si existe diversidad genética, es decir, si son diferentes aunque sean de una misma especie, así como también si hay diferencias y similitudes entre los corales de los otros arrecifes.
“Si se encuentran muchas similitudes genéticas se podría comprobar la hipótesis propuesta por los investigadores de que existe un corredor que ha permitido la comunicación entre los arrecifes, con un flujo genético en común y una conectividad histórico-evolutiva”, afirmó.
De igual forma, comentó que de comprobarse la hipótesis de este proyecto se podrían realizar propuestas de manejo y conservación de estos lugares, que permitan mantener esta conectividad ecológica.
Mencionó que este es un proyecto importante para las tres instituciones que participan y que los resultados de los análisis genéticos se conjuntarán con los análisis del modelado potencial nicho ecológico que se proyectarán hacia el pasado (Holoceno), con el fin de obtener información sobre los cambios climático-geológicos que se presentaron durante miles de años, dado que la superficie del mar no estaba al mismo nivel que hoy en día y su influencia en la distribución de la diversidad genética de las especies de corales en estos arrecifes.
La académica de la BUAP subrayó que los arrecifes de coral que existen en el Golfo de México son hogar de un gran número de especies marinas y muchos pescadores dependen económicamente de esta actividad; asimismo, disminuyen la fuerza de las olas y huracanes, además de ser importantes lugares turísticos que atraen a miles de personas cada año, por lo que su preservación es de suma importancia.