La Entrega Adrián Ruíz
«Pandillerito» vs. BUAP. La creciente molestia de Gerónimo por no poder someter a la BUAP y al Rector Alfonso Esparza lo tiene desquiciado. La presión al fiscal Gilberto Higuera para agilizar las denuncias es abrumadora.
El gran inconveniente es que no existen elementos de prueba sólidos para proceder. El «pandillerito» -lejos del título de pandillero- presiona para que la Fiscalía, reúna pruebas contundentes para enjuiciar al Rector de la BUAP.
Aunque Gerónimo se escuda en negar que el frente abierto no es contra la BUAP, sólo con el Rector. Lo cierto es que pisó una línea muy delgada. Y en la penosa situación que está, podría perder el equilibrio y caer.
Si lo que busca es acabar con la impunidad. Bien haría en poner sus barbas a remojar. Los universitarios, poblanos, poblanas y ex lobos, podríamos exigirle ante las autoridades correspondiente que rinda cuentas detalladas de los botines que lo colocan como el «pobre pandillerito millonario que es».
Gerónimo, tiene tanto de que avergonzarse que intenta ocultarlo con disfraz de oveja. Sin embargo bajo la falsa piel de lana, se oculta una hiena.
Las embestidas a la Máxima Casa de estudios y el Rector, cesaron unos días por dos motivos:
El primero porque está maniatado por falta de pruebas.
El segundo no menos importante es el contagio de Covid de su cuñada, internada de emergencia en el Hospital Covid de Cholula.
Ninguno de los 2 factores detendrán al «pandillerito». Sobre todo porque las elecciones están a la vuelta de la esquina. Y el negocio de las candidaturas a las presidencias municipales, se acaban de escapar como agua entre los dedos -de las manos-.
Reporte del Informante
Cerca del piso. Gerónimo el pedante merece le pongan un alto. Los reporteros de la fuente de gobierno, deben responderle en el mismo tono. No es nadie para tratar con soberbia a la prensa. Es un simple mortal en decadencia.
El pobre gobernador -de mente, porque de capital ha hurtado más de lo que merece- por sistema exhibe a diario la pobre educación que recibió. Ni todo el dinero que posee, ni la preparación que obtuvo le quitan lo patán.
Está bien que sea digno de lástima por su precaria condición física. Pero eso no es justificación para demostrar su total falta de educación.
La impotencia de no poder ponerlo en su lugar como reportero estresa a diario. Escuchar como contesta los cuestionamientos que está obligado a responder. Para eso le pagamos los poblanos y poblanas. Para que rinda cuentas. Es un empleado de la ciudadanía.
Por desgracia los reporteros están maniatados.
Eso lo aprovecha el empleado de Puebla, para responder con altanería a quienes por obligación tienen que aguantarlo a diario. La pobreza como persona de Gerónimo es tan grande que da pena y lástima al mismo tiempo.
Los reporteros ninguna defensa necesitan. Pero alguien debe ponerlo en el lugar que merece. Por lo menos hacerle saber que lejos está de ser omnipotente.
Con la prepotencia que caracteriza a Gerónimo, de manera absurda retó al reportero de Cambio -extraño totalmente porque el dueño y director Arturo Rueda, es otro lamebota, una sola porque el par no es posible- a donar su aguinaldo para que él haga lo mismo.
Todo porque preguntó si Gerónimo donaría su aguinaldo como hacen otros funcionarios, para obras benéficas. Y el codicioso gobernador respondió: «Sí tú donas el tuyo. Yo dono el mío. Eso es para que pienses mejor antes de preguntar».
La estupidez de Barbosa podría viajar al infinito y más allá, sin percatarse siquiera. Si el reportero cede su aguinaldo ganado a pulso en un año de friega diaria, sería como una «amputación» en su economía.
En cambio para Gerónimo Barbosa, nada significaría. Los millones que posee, gracias a las incontables prebendas ganadas en base a la corrupción, nada afectaría.
Lo miserable de su acción lo muestra como el «ex pandillerito» venido a más. Por desgracia para él no puede ver como quisiera a todos. Bajo el piso. El está cada vez más cerca. Es un hecho.
¡La educación se mama! ¡Pero no de una ubre!
Correo: ruizdur@hotmail.com