En Imperial College London desarrolla dispositivos bioelectrónicos, a partir de la fusión de tejidos biológicos artificiales y componentes electrónicos.
Su fascinación por la ciencia y la tecnología, así como la sofisticación y la elegancia de los sistemas biológicos, han sido una constante en la vida del doctor Roberto Portillo Lara.
Tras ser seleccionado en una convocatoria internacional, desde agosto de este año se desempeña como investigador asociado del Departamento de Bioingeniería, del Imperial College London, en Reino Unido, institución posicionada entre las mejores del mundo.
La medicina regenerativa e ingeniería de tejidos son sus principales líneas de investigación. A lo largo de su trayectoria profesional ha desarrollado biomateriales para la fabricación de distintos tejidos artificiales, como piel, hueso, cartílago, músculo cardiaco y tejido nervioso. Asimismo, indaga en la liberación controlada de drogas, la regeneración y sustitución de tejidos dañados por trauma o enfermedades y el desarrollo de modelos para la evaluación de la eficacia de nuevos fármacos.
En South Kensington, el deslumbrante distrito de las artes y las ciencias de Londres, un área conocida como ‘Albertopolis’, el doctor Roberto Portillo Lara –egresado de la Licenciatura en Biomedicina de la BUAP– se enfoca en el desarrollo de dispositivos bioelectrónicos a partir de la fusión de tejidos biológicos artificiales y componentes electrónicos. Este proyecto es financiado por el European Research Council.
La medicina biolectrónica puede utilizarse para el tratamiento de múltiples padecimientos, incluyendo cáncer, diabetes, dolor crónico, depresión, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad, parálisis, ceguera, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Adicionalmente, su investigación se orienta al desarrollo de interfaces cerebro-computadora, una tecnología que, asegura, “transformará por completo la interacción del humano con las máquinas en un futuro cercano”.
Después de colaborar con estudiantes e investigadores de diversas instituciones de educación del mundo, entre ellos de la Universidad de Northeastern, en Boston, y el Hospital General de Massachusetts, el principal nosocomio de enseñanza de la Escuela de Medicina de Harvard, en Cambridge, donde realizó estancias posdoctorales, el joven científico nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt aprecia desde una mejor perspectiva la importancia de su educación en la Máxima Casa de Estudios en Puebla.
Para perseguir sus metas profesionales ha dejado a su país, familia y amigos en más de una ocasión y por varios años. “La labor de un científico tiende a ser extremadamente demandante, ya que debes sortear obstáculos de todo tipo, y lograr un balance vida-trabajo adecuado puede ser desafiante. Sin embargo, esto también me ha dado la oportunidad de vivir en otros países y conocer otras culturas, lo cual ha influido profundamente en mi manera de ver y vivir mi vida”.
Gracias a su tenacidad y compromiso con la ciencia, el impacto de su investigación se refleja en 19 publicaciones y más de 600 citas en revistas de editoriales como Elsevier, Wiley Online Library, Nature Publishing Group, Cell Press, Royal Society of Chemistry, ACS Publications, PLOS y American Heart Association; aparte de contar con un capítulo de libro, una patente nacional otorgada y una solicitud de patente internacional.
Por si fuera poco, Royal Society of Chemistry, sociedad científica del Reino Unido, lo reconoció como uno de los autores más citados (Top 5%) en 2019, por su trabajo acerca de modelos experimentales para estudiar la metástasis y el cáncer, publicado en Lab on a Chip, una de las revistas más prestigiosas del área.
No obstante, el perfil profesional de sus padres, ambos egresados de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP, su madre Química Farmacobióloga y su padre Químico Industrial, quien es catedrático en su alma mater, Roberto tuvo absoluta libertad en elegir su futuro profesional. A su madre, debe y dedica sus logros, ya que es su principal aliciente, ejemplo de trabajo y superación.
Antes de sumarse a la planta docente del Imperial College London, Roberto Portillo Lara fue académico en el claustro de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara, y después de dos años se incorporó como consultor en publicación en Enago Academy, en Nueva York, empresa en la que aún apoya a científicos de América Latina en la preparación de propuestas de investigación y manuscritos científicos.