Adrián Ruíz
Operador clandestino. Eric Cotoñeto opera en el interior del estado. Sin cargo oficial pero con la licencia que da la impunidad opera a nombre del poder estatal. Los negocios son lo suyo. Se maneja con el estandarte de la izquierda para cobrar con la diestra.
Con las maletas cargadas de efectivo opera la encuesta de revocación de mandato del presidente López Obrador. La consigna es que el estado de Puebla entregue por lo menos un millón de votos a favor de que el mandatario nacional permanezca en la silla hasta el final de su mandato.
Más vale que así sea para ganar un poco de la confianza pérdida ante el gobierno federal. La misión no es fácil. Poblanas y poblanos están decepcionados de Morena. Eric Cotoñeto, opera de la única manera que sabe: con dinero.
La interrogante es saber si invertirá los recursos en la tarea o se quedará con la mayor parte como acostumbra. Conseguir el millón de votos parece imposible. Sobre todo por el antecedente de que Morena ganó la gubernatura con apenas apenas un poco más de 600 mil sufragios.
El resultado arrojado es decepcionante si se toma en cuenta que la popularidad de AMLO estaba en la cúspide. Ahora con el desgaste natural será más difícil. El operador clandestino tiene cierto margen de maniobrabilidad en algunos municipios.
Sobre todo en Tlatlauquitepec donde además tiene intereses económicos y de otra índole. Tiene la idea que es bien recibido. Y es todo lo contrario porque requiere pasar de incógnito para evitar graves problemas con algunas familias.
Eric Cotoñeto ha sabido vender la imagen que es un operador político de altos vuelos. Los hechos demuestran lo contrario. Nada consiguió cuando operaba para el PRD. Y ahora con Morena, tampoco. Lo que si ha logrado es llenar sus bolsillos de billetes grandes.
La encuesta de vital importancia para Andrés Manuel López Obrador, corre el riesgo de no obtener el resultado esperado. Para sumar los votos necesarios será indispensable una operación fraudulenta. Para ello también participarán mapaches consumados entre otros Héctor Laug, revivido por la administración estatal gracias a lazos familiares.
¡Y sin embargo se mueve!
Reporte del Informante
Salida anunciada. La baja de Santiago Nieto de la Unidad de Inteligencia Financiera, era un movimiento obligado en el gabinete de AMLO. La llegada de Pablo Gómez Alvarez, es necesaria para reforzar la gobernabilidad del país de la mano del secretario de gobernación Adán Augusto López.
Los resultados de Santiago Nieto dejaron mucho que desear en los asuntos “espinosos” urgentes para el gobierno federal. Uno de ellos fue el de la Universidad de la Américas Puebla (UDLAP). De manera pública y directa López Obrador pidió a Santiago Nieto tomar cartas en el asunto. El tiempo paso y nada hizo al respecto.
La paciencia del presidente se agotó y el casamiento del entonces titular de la IUF en Guatemala, fue el pretexto perfecto para reemplazarlo.
Poco a poco el secretario de gobernación acomoda sus fichas para ejecutar la principal encomienda: ejercer mano dura desde gobernación. Será en breve el villano de la película. Entre las prioridades destaca: alinear a los gobernadores de los estados.