El que cojea cae pronto. Gobernar no se trata sólo de política, sino de actitudes. Las asumidas por Gerónimo Barbosa, para con los poblanos son ofensivas. Acaso no se percata que es el peor como gobernador y persona. Se ha ganado a pulso el desprecio de los poblanos.
Su condición de «pueblerino» dista de la sencillez, humildad y honradez que caracteriza a las personas no nacidas en las capitales. Siempre ha portado los trajes de soberbia, prepotencia y deshonestidad principalmente.
Bajo ninguna circunstancia puede juzgar de rateros y corruptos a quienes no apoyaron su llegada a la gubernatura. Es el menos indicado, tiene la cara y manos manchadas de estiércol.
Los que no votamos por él, sabíamos lo corrupto que fue, es y será. Advertimos de las venganzas que orquestaba contra Puebla y los poblanos.
La basura que no se puede reciclar está condenada a la inmundicia. En Casa Aguayo el hedor predomina. El «gobernadorcillo» Gerónimo, como cadáver -político- putrefacto contamina a Puebla y los poblanos.
Las dosis de insulina que se inyecta a diario, afectan su obtuso cerebro. ¿O podría ser la ingesta de algún alucinógeno?. De otra manera no se explica su prepotente comportamiento.
Si nadie se atreve a decirle que el mínimo poder como gobernador de Puebla. Está lejos de ser omnipotente. Y que debe poner los pies en la tierra.
La Entrega le recuerda que es menos que un simple mortal sano. Aunque la sabiduría popular dice: «que cae más pronto un hablador que un cojo». El porcentaje de tropezar es más alto para los cojos.
Y quiénes como Gerónimo, padecen ambos defectos. Las posibilidades de visitar el suelo son extremas. La responsabilidad como mandatario estatal, le quedó grande.
Como persona y como político es digno de la mayor de las lastimas. Los poblanos nada podemos hacer con sus frustraciones y complejos. La inferioridad con la que ha lidiado toda su vida, no es responsabilidad de los gobernados.
La única manera como lo ven los reporteros que por necesidad lo aguantan a diario de manera virtual es con desprecio. De la misma forma como Gerónimo califica con apodos a sus adversarios. Los comunicadores también le ponen sobrenombres.
Para que lo piense dos veces antes de poner motes a alguien. Al apocado Gerónimo lo llaman el Pira….de Tehuacán. Alias que desaprobamos. Sólo es para que entienda que no se puede andar por la vida lanzando suciedad al cielo, sin esperar que le caiga en la cara.
¡Transpira suciedad!
¡Rey de los motes!
Reporte del Informante
Broche de oro. Como cierre de fin de año, Gerónimo Barbosa, volvió a enseñar el cobre. Una perla más agregó a la permanente censura contra la libertad de expresión. Además de salir a flote su misoginia y violencia de género contra la reportera Alba Espejel.
En otras ocasiones ha atentado contra casi todos los comunicadores que hacen el honor de aguantarlo a diario. Y más, por órdenes de sus redacciones tapar las chapucerías y mentiras de Gerónimo, para editarlas en alabanzas.
Casos concretos el poeta frustrado, Mario Alberto Mejía quien a diario le lame el pié. Lo mismo el delincuente Arturo Rueda de Cambio, quien lo presenta como la más blanca de las palomas.
En general casi todos ocultan la verdadera cara de Gerónimo. Y no es otra más que la de la corrupción.
La siguiente perla es digna de una denuncia de parte de la reportera Alba. La grave falta cometida fue preguntar al inepto David Méndez, secretario de gobernación.
Sin tener vela en el entierro. Como el gran metiche que es Gerónimo, vociferó: «Te digo que cuando el gobernador habló, ya ningún otro puede hablar, aprende eso, por favor, no preguntes”, exabrupto contundente contra la libertad de expresión.
¿Quién se cree que es para atentar contra la prensa? ¿Por qué se lo permiten?.
Tendrá otra conversación a modo con el judas etílez -MAM- el 6 de enero. La tónica de la publicación serán las alabanzas mutuas. No puede ser de otra manera.
¡Cada quien con su cada cual!
¡El par sin credibilidad!
Correo: ruizdur@hotmail.com
