Político oportunista. Se llama Gabriel Juan Manuel Biestro Medinilla, es originario de la ciudad de México. En 2010 lo trajo a Puebla, Gerónimo Barbosa. Sin arraigo en Puebla pretendía gobernar la capital del estado.
Los estudios básicos los hizo en la escuela Urbana III en Guadalajara, Jalisco. La preparatoria la cursó en Lomas del Valle, reconocida por la Universidad Autónoma de Guadalajara.
En la Universidad de Xalapa, Veracruz culminó su carrera profesional en administración de empresas.
Para entonces más de la mitad de su vida había transcurrido, sin poner un pie en la ciudad que pretendió gobernar: Puebla.
El destino cruzó las vidas de Gabriel y Gerónimo. Hace 11 años lo invitó a venir al estado que recibe a todos los fuereños con los brazos abiertos.
El mismo destino y fortuna, hicieron que su protector llegará de rebote a la gubernatura de Puebla. Lo hizo diputado y lo encumbró al liderazgo del Congreso del Estado.
El flaco mérito le hizo creer que podía con otro golpe de suerte ser presidente municipal de Puebla. Paso por alto que no depende de encuestas, ni de padrinazgo. Es cuestión de identidad y decisión del partido en el poder.
Los escasos años de permanencia en Puebla, le han servido para sumarse al repudio de los políticos de la administración actual.
También tiene grabada la etiqueta de perdedor nato. En 2011, integró el equipo de Alejandro Encinas para buscar la gubernatura del Estado de México. El resultado Eruviel Ávila, permaneció los siguientes 6 años en el gobierno mexiquenses.
En Puebla no podía ser de otra manera. Un capitalino más que muerde el polvo. El rechazo de los poblanos también influyó para evitar lo que pretendió ser la más negativa imposición de la historia.
¡Calladito se ve mejor!
Reporte del Informante
Cómplice protegido. El autor de los robos millonarios al hospital Covid de Cholula, fue premiado con cambio de lugar de trabajo. Regresar el equipo sustraído fue el mayor castigo que le impuso la dirección del nosocomio.
El director Julio Méndez y el administrador Mario Javier Villegas, conocieron en tiempo y forma los ilícitos cometidos en el mes de marzo. Nada hicieron al respecto, responsabilizaron al personal de la fuga de información. Y amenazaron con correrlos de sus puestos.
La identificación del responsable de sustraer el equipo de ventilación con valor de un millón de pesos. Así como un equipo de monitoreo de terapia intensiva Covid con costo superior al millón y medio de pesos.
Ninguna denuncia presentó el director ni el administrador. Todo el tiempo supieron quien era el responsable. En días pasados regresó lo robado y lo trasladaron al IMSS de la Margarita, donde labora sin contratiempos.
El responsable laboraba en las oficinas colindantes con las del director. Tenía acceso a todos los pisos del hospital sin restricciones. Los hurtos los concretó en las noches.
Para disimular los robos, ordenaron que los policías revisen a todo el personal al entrar y salir de trabajar.
El director ordenó que a todos los esculcaran a fondo. Lo que implica que las mujeres sean tocadas.
¡Botín regresado!
