Adrián Ruíz
A río revuelto. La dupla de Héctor Sánchez, presidente del TSJ y Gilberto Higuera Bernal, Fiscal General, se apoderaron de la impartición de justicia en Puebla. El círculo lo completaron con los nombramientos de su gente en la secretaría de seguridad y la subdirección de los Ceresos. Supieron penetrar el ánimo de Gerónimo Barbosa, para venderle espejitos.
El tejido fino de la telaraña que poco a poco extendieron, acabo por adueñarse del poder total de seguridad en el estado poblano. Si cada uno por su lado obtienen de la plaza poblana lucrativos dividendos. Unidos la Fiscalía, el TSJ, Seguridad Pública y los penales de Puebla, ninguna oposición habrá para seguir con la explotación de la mina.
¿Cómo consiguieron que Gerónimo cayera en la telaraña para nombrar a sus incondicionales? Como lo han hecho desde que se pusieron a sus órdenes. Apantallándolo con currículos inflados, falsa honestidad, pero sobre todo obediencia ciega
La titularidad de seguridad pública, se la dio a Daniel Iván Cruz Luna, por cumplir consignas ordenadas por Héctor Sánchez, para recibir carpetas y gestionar órdenes de aprehensión inmediatas contra opositores a Gerónimo Barbosa. Jorge Pérez Melchor, carga en su espalda la negligencia de no investigar más de 50 homicidios en el presente sexenio, como titular de la Unidad Especializada en Delitos contra la vida e integridad corporal de la Fiscalía.
El presidente del TSJ y el Fiscal General, impusieron a sus subordinados Daniel Iván y Jorge Pérez, para incrementar el control de la justicia en Puebla. Ninguno de los dos, cuenta con la mínima experiencia en seguridad ni en el funcionamiento de los Cereso. Ambos serán otras figuras decorativas del gobierno estatal.
Como administrador judicial de los Juzgados de Oralidad Penal y Ejecución de Sentencias en la Región Centro del estado de Puebla, Daniel Iván, manejaba todo y negociaba a nombre de Héctor Sánchez, los asuntos de millones de pesos. Los menores no los atendía. Después de turnar los casos al despacho particular del presidente del TSJ, reportaba las ganancias. También era el representante personal de Sánchez Sánchez ante la Fiscalía General de Puebla.
Por su parte Jorge Pérez responde a los intereses del fiscal Gilberto Higuera. En la dirección a su cargo no movió un dedo para investigar por lo menos medio centenar de homicidios.
Iván Cruz, se coló al círculo de protegidos de Héctor Sánchez. La protección a pesar de su comportamiento altanero contra trabajadores y jueces de oralidad, fue sin reserva. A pesar de las quejas y denuncias en su contra por corrupción. La respuesta del presidente siempre fue: “es gente descontenta que quiere perjudicar a Daniel Iván”.
Nada valió la protesta de 11 jueces de oralidad penal en contra de los nombramientos de funcionarios sin preparación académica que hizo en el TSJ, Daniel Iván, se dio el lujo de nombrar a su a su ahijado Fernando Rosales Porras, como encargado de la sala del juez Carlos Guillermo Ramírez Rodríguez. El beneficiado por supuesto sin título ni cédula profesional.
¡A cuidarnos de la mafia!
Reporte del Informante
Exhibición vergonzosa. En las recientes elecciones de las juntas auxiliares, un ciudadano común puso en evidencia a todo el aparato gubernamental al ganar la elección sin estar registrado para competir porque se lo impidieron. Es un caso increíble para Ripley.
En otra Entrega los pelos y señales.
¡Repudio obvio!
ruizdur@hotmail.com
