Puebla, Pue.- Creado en la década de los setenta del siglo XX, el ahora Centro de Investigaciones en Ciencias Agrícolas (CICA) tiene su origen en lo que fue el Departamento de Edafología, del Instituto de Ciencias (ICUAP), donde se realizaron los primeros análisis químicos de fertilidad del suelo. Desde entonces se dio a la tarea de atender las demandas de productores y campesinos, logrando una fecunda vinculación social en beneficio del agro poblano.
En 1982, el ex rector Sergio Flores Suárez y el maestro Eduardo Calderón Fabián impulsaron el crecimiento del entonces Departamento de Edafología, al incorporar a investigadores en las ramas de química de suelos, microbiología de suelos y fitopatología agrícola, además de las actividades de investigación, docencia y extensión. Así, desde sus orígenes se trabajó para ampliar su campo de estudios con investigaciones sobre plagas y enfermedades, y en microbiología de suelos.
Fue así como su cobertura se amplió sin perder la atención que brindaban a diversas organizaciones campesinas de la Mixteca poblana y la Sierra Nororiental, en lo referente al uso, manejo, conservación y fertilidad de suelos agrícolas; así se incluyeron los primeros trabajos sobre sanidad vegetal, particularmente fitopatología.
En 1984 se le asignaron las actuales instalaciones y con ello arrancó un proceso de formación y consolidación académica; su nombre cambió de Departamento de Edafología a Departamento de Investigaciones en Ciencias Agrícolas.
Once años más tarde participaron de manera activa en la elaboración de los programas de maestría y doctorado en Ciencias Ambientales, en los que también colaboró la doctora Lilia Cedillo Ramírez. Para 2002, con la aprobación de la Maestría en Tecnologías Agrícolas Limpias, el departamento se transformó en lo que hoy se conoce como Centro de Investigación en Ciencias Agrícolas.
CICA, crecimiento y consolidación
La vinculación con los productores agrícolas, en especial con las cooperativas campesinas o ejidos, ha sido una actividad fundamental del CICA. Actualmente, los investigadores mantienen presencia en la zona de los volcanes, particularmente con los habitantes de San Miguel Canoa, con quienes colaboran a través del Centro de Agricultura Ambiental, lo cual les permite ser un grupo de investigación que lleva la interdisciplinariedad y la transdisciplina a un plano de intercambio de saberes con grupos del estado y la región.
Al conmemorar sus 50 años, el CICA se consolida como un ejemplo de vinculación entre la ciencia y los sectores más vulnerables. Su trabajo recae en 14 investigadores, quienes conforman dos cuerpos académicos: Geoquímica y Evaluación y Manejo de Recursos Agrícolas y Forestales, cada uno de los cuales tiene sus propias líneas de investigación, dando como resultado cinco áreas: Geomática, Geoquímica Ambiental, Manejo y Conservación de Suelos, Fitotecnia y Biotecnología Agrícola.
A lo largo de su historia, el CICA sirvió como base para la creación de otros centros o departamentos de investigación del ICUAP, como el Centro de Agroecología, el Centro de Desarrollo Sustentable o el Departamento de Investigación en Biodiversidad, Alimentación y Cambio Climático (DIBACC).
Como parte de sus actividades incidió en la creación del posgrado en ciencias ambientales y recientemente los órganos de gobierno universitario le aprobaron la Maestría en Tecnologías Agrícolas Limpias, un posgrado profesionalizante que depende exclusivamente del CICA.
Su camino durante estas cinco décadas deja huella no sólo en los campesinos con quienes ha colaborado, también en la formación de recursos humanos de licenciatura y posgrado, así como por su colaboración en proyectos de investigación y vinculación con otras instituciones a nivel nacional e internacional. Ejemplo de esto es su programa pionero “Doctores del suelo”, el cual es patrocinado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), además de la participación en la Alianza Mundial por los Suelos, donde la BUAP tiene presencia gracias al trabajo que desarrolla el CICA.