El trabajo conjunto, la participación y la gestión estudiantil trajeron a la IBERO Puebla una jornada llena de tecnología, novedad y ciencia: el IV Coloquio de Ingeniería Biomédica. Este espacio, impulsado y creado por el Consejo Estudiantil de Representantes (CER) de la Licenciatura en Ingeniería Biomédica, continúa con el propósito de “abrir caminos posibilitadores para la construcción de una sociedad más sana y autónoma respecto a su modelo de gestión de la salud”.
Así lo dijo el Rector de la Universidad Jesuita, el Mtro. Mario Patrón Sánchez, quien durante la inauguración celebró la creación de este espacio en el que colaboraron estrechamente académicos y estudiantes para hacerlo posible.
Agregó que “este encuentro que no solo fortalece la calidad académica de su carrera, sino que permite profundizar el desarrollo de sus capacidades de liderazgo y agenciamiento”.
La directora general Académica, Dra. Lilia Vélez Iglesias extendió una felicitación a las y los organizadores y participantes que “se han propuesto abordar como uno de los ejes de reflexión la manera en que podemos caminar hacia un futuro en que las brechas tecnológicas se acorten para hacer posible un mundo en el que las personas que lo requieran, especialmente las que sufren algún tipo de discapacidad, puedan acceder a dispositivos tecnológicos que les faciliten la vida”.
Mientras que la coordinadora del CER de Ingeniería Biomédica, Kiara Marlene Madrigal Alonso, se dijo feliz por la realización de este evento, sino que recordó la primera edición de este Coloquio. “Estaba escuchando este discurso […] a través de mi computadora vía Teams, porque aún no regresábamos a la presencialidad”, recordó.
“Nunca me imaginé, tres años después, estar inaugurando este evento que ya se encuentra en su cuarta edición”, dijo la destacada estudiante, quien llamó a sus compañeros y a las y los docentes a aprovechar al máximo este espacio para aprender y beneficiar a la población que más lo necesita.
En el Informe global de tecnologías para la asistencia se da cuenta de la falta de accesibilidad y pluralización de la innovación médica en el mundo, pues casi 1,000 millones de infantes, adultos y personas mayores con discapacidades no tienen acceso a aparatos médicos que faciliten su vida cotidiana.
“Queremos utilizar la ingeniería biomédica para marcar una diferencia en el mundo”, dijo Kiara, quien al igual que sus compañeras y compañeros, busca poder ayudar a las poblaciones más vulnerables con una formación integral basada en la excelencia académica y la calidad humana.
